galletas de miso

Galletas de mantequilla y miso: la receta salada-dulce que no sabías que necesitabas

Si amas el contraste entre lo dulce y lo salado, esta receta te va a volar la cabeza. Las galletas de mantequilla y miso son esa combinación inesperada que se siente un poco fancy, un poco comfort food, y totalmente adictiva. El miso aporta una profundidad de sabor umami que transforma una simple galleta en algo sofisticado (pero muy fácil de hacer). ¿Lo mejor? No necesitas ingredientes exóticos ni técnicas pro.

Perfectas para acompañar tu café, regalar en una cajita linda o simplemente para darte un gustito, estas galletas entran directo en la categoría de antojo elevado.


Ingredientes

  • 115 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente

  • 2 cucharadas de pasta de miso blanco

  • 100 g de azúcar mascabado

  • 1 huevo

  • 1 cucharadita de extracto de vainilla

  • 150 g de harina de trigo

  • ½ cucharadita de polvo para hornear

  • Una pizca de sal

  • Opcional: semillas de ajonjolí tostado o chispas de chocolate blanco para decorar


Instrucciones

  1. Precalienta tu horno a 180 °C y prepara una charola con papel encerado.

  2. Mezcla la mantequilla con el miso hasta que se integren completamente. Agrega el azúcar y bate hasta que esté cremoso.

  3. Incorpora el huevo y la vainilla. Bate hasta que la mezcla esté homogénea.

  4. En otro bowl, mezcla la harina, el polvo para hornear y la sal. Agrega los ingredientes secos a la mezcla húmeda poco a poco, hasta obtener una masa suave.

  5. Forma bolitas pequeñas con la masa y colócalas en la charola, dejando espacio entre ellas. Puedes aplanarlas ligeramente con un tenedor.

  6. Si quieres, espolvorea ajonjolí o coloca unas chispas de chocolate blanco encima antes de hornear.

  7. Hornea de 10 a 12 minutos, hasta que estén doradas en las orillas.

  8. Deja enfriar sobre una rejilla (aunque caliente también saben deli).


¿Por qué usar miso en una receta dulce de galletas?

El miso blanco es una pasta fermentada de soya con arroz, y aunque es común en recetas saladas (como sopas y aderezos), su sabor suave y ligeramente dulce funciona perfecto para postres. Eleva el sabor sin dominar, y le da a estas galletas una complejidad que seguro no esperabas. Es una forma sencilla de experimentar con sabores sin complicarte la vida.

Publicado por Redacción.