Corea del Norte anunció el lunes que retiraría 53,000 norcoreanos que trabajan en el polo industrial intercoreano de Kaesong, en medio de fuertes tensiones en la península, mientras que Seúl rectificó sus declaraciones sobre la inminencia de un nuevo ensayo nuclear.
“Vamos a retirar todos nuestros empleados de la zona”, declaró Kim Yang Gon, un alto responsable del partido, en un comunicado transmitido por la agencia oficial norcoreana KCNA.
Corea del Norte “suspenderá temporalmente las operaciones en la zona y estudiará el tema para saber si debe permitir su existencia o cerrarlo”, agregó el responsable. El polo industrial está situado en Corea del Norte y a 10 km de la frontera.
“La manera en que la situación evolucionará en los próximos días dependerá en su totalidad de la actitud de las autoridades surcoreanas”, estimó Kim Yang Gon, que visitó el lugar este lunes por la mañana.
Corea del Sur indicó que esta decisión es “injustificable”.
[sws_blockquote_endquote align=”” cite=”” quotestyle=”style05″]La decisión unilateral de Corea del Norte de seguir adelante con esta medida no puede ser justificada de ninguna manera y Corea del Norte será considerable responsable por las consecuencias [/sws_blockquote_endquote] dijo el Ministerio de Unificación surcoreano en un comunicado.
Desde el miércoles, Corea del Norte prohíbe el acceso a Kaesong al personal surcoreano y a los camiones de distribución. Por el momento13 de las 123 empresas surcoreanas presentes en el sitio interrumpieron su producción por falta de materias primas.
Más de 300 profesionales surcoreanos quitaron el complejo desde mediados de la semana pasada, pero unos 500 decidieron quedarse para garantizar el buen funcionamiento de las actividades.
El complejo de Kaesong, importante fuente de divisas extranjeras para Corea del Norte, siempre permaneció abierto a pesar de las crisis repetidas en la península, con la excepción de un sólo día, en 2009. En esa ocasión Pyongyang había bloqueado el acceso para protestar contra las maniobras militares conjuntas entre Estados Unidos y Corea del Sur.
En Corea del Sur, Seúl rectificó sus declaraciones alarmistas de la mañana, en las que evocaba la inminencia de un cuarto ensayo nuclear por el Norte, menos de dos meses después del que llevó a cabo en febrero.
“Hay actividades, pero parecen ser actividades de rutina” en las instalaciones de Punggye-ri, donde se efectúan ese tipo de ensayos, afirmó el portavoz del ministerio de Defensa, Kim Min-Seok. El ministerio de Unificación afirmó por su parte que otro ensayo no parece ser “inminente”.
El ministro de Unificación, Ryoo Kihl-jae, había dicho antes a una comisión parlamentaria que Pyongyang parecía prepararse para realizar los próximos días un lanzamiento de pruebas de un misilbalístico y un cuarto ensayo nuclear.
Corea del Norte, furiosa por un nuevo tren de sanciones adoptadas por la ONU tras el ensayo nuclear y por las maniobras militares conjuntas en curso entre Estados Unidos y Corea del Sur, multiplicó las últimas semanas las declaraciones belicistas.
Para tranquilizar la situación y dejar que recaiga únicamente en Corea del Norte la responsabilidad de una escalada, Washington había anunciado el sábado la decisión de aplazar un ensayo de Minuteman 3, un misil balístico intercontinental con capacidad nuclear que debía ser lanzado esta semana desde la base aérea de Vandenberg en California.
Este gesto fue saludado por el presidente ruso Vladimir Putin que advirtió además sobre las consecuencias de un conflicto nuclear con Corea del Norte.
“La catástrofe de Chernobil (…) sería un cuento para niños” al lado de un conflicto, declaró en una conferencia de prensa en Alemania.
Pekín, aliado de Corea del Norte, que también votó las sanciones contra el hermético régimen norcoreano, se inquietó el domingo por la escalada en la península coreana.
“Nadie debería estar autorizado a precipitar en el caos una región, y con más razón aún al mundo entero, por egoísmo”, declaró el presidente chino Xi Jinping, sin citar países.
Corea del Norte transportó además por tren, a principios de la semana pasada, dos misiles Musudan y los instaló en vehículos equipados con un dispositivo de tiro, según Seúl.
El Musudan, presentado públicamente por primera vez en ocasión de un desfile militar en octubre de 2010, tendría un alcance teórico de 3,000 km, capacidad para alcanzar Japón.
El misil podría alcanzar objetivos a 4.000 km con una carga ligera y por lo tanto, en principio, podría llegar a Guam, isla del Pacífico situada a 3,380 km de Corea del Norte y en donde Estados Unidos tiene una base con 6,000 soldados.
Según Kim Jang-Soo, consejero para la seguridad nacional de la presidenta Park Geun-Hye, Pyongyang podría efectuar este ensayo alrededor del 10 de abril, fecha en que el régimen comunista indicó que ya no podría garantizar la seguridad de las misiones diplomáticas extranjeras.
“No hay ningún signo (de preparativos para) una guerra a gran escala por el momento pero el Norte debe esperarse a represalias en caso de guerra localizada”, advirtió Kim Jang-Soo.
Según el New York Times, Washington y Seúl establecieron una estrategia de represalia proporcional a las acciones de Pyongyang. Este plan prevé que la respuesta a un ataque norcoreano se hará con armas del mismo tipo.
El Economista. 08 Abril 2013.