* Presentación de Luis Nacht Quintet
Por Carlos Olivares Baró
México, 14 Abr. (Notimex).- Dentro del Ciclo “Por lo tanto… jazz”, organizado por la Coordinación Nacional de Música y Ópera del INBA, se presentó, en la anochecida de ayer –Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes–, Luis Nacht Quintet (Juan Pablo Arredondo, guitarra eléctrica; Benjamín García, contrabajo; Hernán Hecht, batería; Nico Santera, piano; Luis Nacht: saxofón tenor, composición, arreglos y dirección) con un programa de selectas conjunciones new bop/hard y alusiones free.
“Me siento muy contento de estar por aquí con ustedes en esta sala Ponce de Bellas Artes. Viví en México cuando era más chavo: este país sigue siendo mi casa. Doy las gracias a los organizadores por la invitación. Traigo una muestra representativa de mi trabajo reciente: tocaremos varias piezas, todas rubricadas por mí, esperamos complacerlos”, manifestó el saxofonista líder en el inicio de la velada.
Un tema con aires de balada, “La incertidumbre”, emprendió el recital: largo solo del sax tenor y variaciones melódicas en las digitaciones del piano: presagio de vendimia nostálgica que se empalma con “Danza en el río”: tonalidades hard abrigadas con trazos de milonga/tango esbozada en sutiles cadencias de licitación rioplatense.
Introito de una agrupación de elegantes tajaduras melódicas/rítmicas/armónicas desde arenga que sustenta con oficio, líneas post bop, hard bop y guiños free: piano por senda de Kelly/Monk, batería en ángulos de Jones/Cobham, contrabajo en delineaciones de La Faro/Haden, guitarra en recodos de Scofield/Metheny y sax tenor en sesgos de Mobley/Lovano/Shorter.
“La modista” fue abordado con una introducción del contrabajo en pulsaciones que recuerdan al Charlie Haden de los años 50 del siglo pasado como pionero del free junto al saxofonista Ornette Coleman. Sax tenor que irrumpe con apacible motivo melódico de lenitiva fluidez que la guitarra eléctrica retoma, el piano subraya y el sax remata con silbo diligente.
“Tafi” y “Lo invisible” se ejecutaron desde articulados armónicos en juntas y bocetos hard entrecruzados con insinuaciones free. La ensimismada y, a la vez, desafiante belleza melódica/rítmica de “Tafi” se complementó con las abreviaciones asonantes de “Lo invisible” (estructura mucho más cercana al free) en un bloque en el que guitarra eléctrica, batería y piano escoltaban los sinuosos desbordes del sax tenor y las conjeturas elípticas del contrabajo.
“Una mañana escuché a un Zorzal en mi ventana: en esta canción quise reproducir el canto de ese pájaro que todas los días me despertaba. Aquí va Zorzal. Si algún reclamo hay, háganselo al pájaro: él es el verdadero compositor de este número”, compartió Luis Nacht con el auditorio.
Y entró al proscenio “Zorzal” –posiblemente, la obra más compleja y pujante de toda la presentación–: trazos de rock/noise music en los pasajes de la guitarra eléctrica (referencias a Hendrix), sax tenor en los atracaderos de Zorn/Coleman/Shorter, contrabajo en tempo cabalgante, piano en tenues acentuaciones monkianas y tabaleos asimétricos de la batería: momento que puso en vilo a los asistentes por los arrojos interpretativos.
Ovación cerrada. Encore: “Sergi”. El baterista Hecht subraya sus cualidades como uno de los mejores percusionistas del jazz mexicano: solo suscrito en las plazas de DeJohnette ejecutado con impecable técnica. Sax rebosado. Remate de briosa configuración. Luis Nacht Quintet puso de manifiesto en Bellas Artes las cuantías del discurso jazzístico.