El investigador José Antonio Valdés asegura que el cantante se convirtió en la creación perfecta de la Época de Oro del cine mexicano.

El investigador y crítico de cine José Antonio Valdés aseguró que en la historia del cine nacional no ha existido un personaje que haya tenido tanto impacto entre los mexicanos como lo fue Pedro Infante, quien este lunes será recordado a 56 años de su trágica muerte, ocurrida el 15 de abril de 1957.

En entrevista, el especialista explicó que lo anterior se debe a diversas razones, entre ellas, a la conexión que se entabló entre sus personajes y el público, la mancuerna que hizo con el cineasta Ismael Rodríguez o con el compositor Manuel Esperón, y a que su carrera se desarrolló dentro de la Época de Oro del cine mexicano.

“Pedro Infante se convirtió en la creación más perfecta de la Época de Oro del cine mexicano, porque era un personaje versátil en la actuación, lo mismo podía participar en películas rancheras, que en comedia urbana o dramas, además de destacar como cantante con cientos de canciones y millones de discos vendidos hasta la fecha”, expresó.

Dijo que existió una perfecta conexión entre los mexicanos y la imagen que proyectaba Infante, “todo mundo se quería ver reflejado en él, fue el héroe de los cines de barrio, el artista favorito de las trabajadoras domésticas, el amor de muchas mujeres y un personaje que también se ganó la aprobación del público masculino”.

El investigador fílmico de la Subdirección de Investigación de la Cineteca Nacional recordó que el mito alrededor de Pedro Infante tomó dimensiones que ni el propio actor se imaginó, pues su carrera inició con cierta oscuridad en la ciudad de Guamúchil, Sinaloa, para luego realizar pequeños papeles en la Ciudad de México.

“La primera actuación importante de Infante fue hacia 1942, año en que también dio inicio la Época de Oro del Cine Mexicano, por lo que llega en el momento justo pues en esos años también emerge una figura de gran importancia para el cine nacional: Ismael Rodríguez, con quien logra una inigualable mancuerna”, manifestó.

Consideró que el personaje que catapultó la carrera de Infante fue “Pepe El Toro”, de la trilogía “Nosotros los pobres”, “Ustedes los ricos” y “Pepe El Toro”, que además representan el cambio que se estaba gestando en el cine mexicano, que pasó de tocar temas rurales o sociales, a la comedia musical que involucraba a personajes de barrio, que de alguna manera se mantienen vigentes.

También destacó la actuación de Pedro Infante en filmes como “Los tres huastecos” (1948) o “Dos tipos de cuidado” (1952), donde demostró su capacidad actoral y su encanto.

Valdés Peña señaló que alrededor de la vida del “Ídolo del Pueblo” existen infinidad de anécdotas, desde su capacidad para cortejar a hermosas mujeres como Silvia Pinal o Sara Montiel, hasta su pasión por los aviones, que lo llevó a tener un grave accidente al intentar atravesar con su avioneta el Monumento a la Revolución.

José Antonio Valdés consideró que el mito alrededor de Pedro Infante inició incluso antes de su muerte, “porque era el actor que todos querían ver, el de los taquillazos en cine, creo que a la fecha no hay otro actor que haya logrado tal éxito”.

Además, dijo, su muerte coincidió con el fin de la Época del cine mexicano, “se estaban perdiendo los grandes personajes de esa época, ya había muerto Jorge Negrete y Blanca Estela Pavón; Pedro Armendáriz se suicidó poco después y la películas de Cantinflas ya no tenían tanto auge”.

El especialista concluyó que en la actualidad no existe un actor o personaje que se equipare con Pedro Infante por diversas razones, la principal es porque ya no existe una industria cinematográfica como la de aquellos años, “la gente ya no va al cine y los actores ya no tienen la capacidad de conectar con el público”.

México, 14 Abr. (Notimex).