El gastroenterólogo adscrito al Hospital General Regional (HGR) No. 45 del IMSS Jalisco, Fernando Pérez Barba, resaltó que una dieta sana evita el estreñimiento que padecen muchos adultos mayores.
El especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) afirmó que una escasez de agua y vegetales en la dieta, junto a una pobre actividad física, común entre los adultos mayores, facilitan la impactación fecal por problemas digestivos como estreñimiento.
Detalló que aunado a lo anterior, la movilidad intestinal decrece como parte del proceso de envejecimiento de ahí que los adultos mayores tengan un riesgo incrementado a presentar estreñimiento y, cuando éste se prolonga por días e incluso meses, produce lo que se conoce como impactación fecal.
También llamada fecaloma, dijo, la impactación fecal se define como la acumulación de residuos de heces fecales en el ámpula rectal generando síntomas de leves a severos que incluyen dolor al tratar de evacuar, sin omitir molestias abdominales, náuseas y pérdida del apetito o anorexia.
Precisó que el fecaloma puede ser de una dureza tal que llega a producir desgarres en la región ano-rectal e incluso puede facilitar la perforación intestinal y hasta la aparición de cáncer en esa región anatómica.
Destacó que para el diagnóstico de la impactación fecal, además de los datos clínicos ya citados, es importante una exploración física por el especialista, en este caso el gastroenterólogo, quien además debe solicitar estudios de rayos X.
“De confirmarse el diagnóstico, se debe proceder de inmediato al retiro del fecaloma que puede ser manual o mediante la aplicación de enemas o lavados intestinales”, indicó.
Consideró fundamental, en primer lugar, procurar que el adulto mayor incluya más fibra en su dieta, y esto se logra incorporando más frutas y vegetales a la misma, reduciendo la ingesta de harinas y, muy importante, aumentando el consumo de líquidos, de preferencia agua natural.
Pérez Barba dijo que el riesgo a desarrollar estreñimiento y potencialmente impactación fecal, también se reduce con la práctica periódica de actividad física y como ejemplo citó la caminata que, aún si son distancias cortas, resulta muy benéfica porque consigue estimular la movilidad intestinal y facilitar la evacuación.
Por último, recomendó la ingesta de laxantes de origen natural de manera moderada y bajo prescripción médica porque su uso prolongado o en cantidades excesivas puede alterar el funcionamiento intestinal.