Iba de regreso a mi casa manejando el coche de mi mamá cuando decidí rebasar al mercedes plateado que estaba en frente de mí. Eran como las 10 de la noche y como muchas de las calles de esta ciudad, en la que iba no estaba bien iluminada. En fin, esa no es excusa para lo que pasó, simplemente quiero crear un ambiente, sean pacientes.
El mercedes frente a mí iba en el carril de la extrema izquierda. Por lo tanto me vi obligado a rebasarlo por el carril de en medio. No fue una buena decisión. Al momento no me di cuenta pero había otro coche en el carril de en medio. No chocamos y la verdad ni sé si estuvimos cerca de hacerlo, porque como les dije, yo no lo había notado. La persona que iba en el coche con el que casi tuve el percance, se enfadó bastante. Tanto así como para emparejarse a mi coche y empezar a gritar cosas. Lo volteé a ver porque se me hacía raro que se me estuviera emparejando (aunque para este momento ya me las olía que tal vez yo había cometido un error). Pero decidí que en lugar de seguirle la bronca, dejaría de verlo y seguiría “rapeando” la canción que sonaba en mi estéreo. Al no recibir la reacción que quería (yo gritarle de vuelta tal vez), decidió rebasarme y ponerse frente a mí para inmediatamente frenarse y no dejarme pasar. Pensé: “Chale, ya se van a bajar a madrearme”. En mi mente ya había creado todo un plan para escapar. No era muy complicado: dar vuelta a la izquierda en la pequeña glorieta que se encontraba ahí. Afortunadamente nadie se bajó. Después de unos 10 segundos el coche aceleró y se alejó rápidamente para llegar a un semáforo en rojo a unos 50 metros.
Quiero pensar que él se dio cuenta de lo inútil que fue lo que hizo. ¿Qué era lo que esperaba que iba a pasar? Ni siquiera habíamos chocado. Y por más disculpas que le pudiera haber dado (si se hubiera comportado como un ser pensante), simplemente no había pasado nada. Todos estábamos bien y ni un solo coche tenía ni medio raspón.
¿Por qué es que actuamos de esa forma cuando nos subimos a los coches? Es tan fácil que la ira nos gane cuando vamos manejando. Y otra cosa ¿Por qué si podemos esperar en la fila del banco sin empujar o tratar de meternos a la persona de adelante, pasa exactamente lo contrario cuando estamos dentro de nuestros vehículos? ¿Es acaso por la protección que éstos nos dan? Suena lógico, pero creo que nos hace ver un poco cobardes. ¿Sólo bajo la protección de toneladas de metal nos sentimos seguros? Parece que no nos damos cuenta que nosotros mismos generamos todo ese malestar, perdemos la paciencia y comenzamos a tocar el claxon cuando estamos en el tráfico. Cuando estamos 100% seguros de que no estamos contribuyendo positivamente a nada.
Regresando a lo de meterse a las filas. Voy a plantear dos situaciones y ustedes serán los jueces de que sería más agradable.
Imaginen que están en esa calle donde siempre les toca un tráfico terrible. Es una vuelta a la izquierda y ustedes correctamente se formaron en el carril de la extrema izquierda para tomarla. Pero nadie está respetando esa iniciativa y hay gente que desde dos carriles a su derecha ¡está dando la misma vuelta! Esto, además de atrasarlos a ustedes, está generando tráfico, porque la gente que quiere seguir derecho ya no puede por esas mismas personas que se están metiendo en la fila. Los cláxones no se hacen esperar.
Ahora, imaginen que están en esa misma vuelta y con la misma cantidad de coches, pero nadie se les está metiendo. Si no han cruzado es porque simplemente todavía no llega su turno. Todos están esperando, si no de buen humor, al menos calmados y no se escucha ni un solo claxon.
¡Necesitamos crear una conciencia vial! No podemos ir por la vida manejando como locos y reaccionando negativamente a todo lo que nos sucede. Otra cosa ¿los topes? No existirían si respetáramos los limites de velocidad. Lo que quiero señalar aquí es que nosotros manejamos en la ciudad que queremos manejar. En nuestras manos está el control y lo estamos haciendo, en mi opinión, muy mal. ¿Cómo cambiar? Deja pasar a la siguiente persona que te pida el paso. Así se puede empezar, lo demás es simple criterio.
En fin, por eso estoy contento que la Secretaria de Transportes y Vialidad (Setravi) haya decidido contemplar el aplicar exámenes para poder conseguir una licencia de manejo (a los que quieran una nueva y a los que ya la tengan también). Hace unos años un primo mío dijo: “Para conseguir una licencia en México lo único que necesitas son dos cosas: tener cara y 500 pesos”. ¡Y es completamente cierto! Ojalá esto cambie pronto para que así, gente como yo ya no rebase por la derecha.