El diputado Carlos Reyes Gámiz propuso al gobierno federal instrumentar una campaña de sensibilización y capacitación para prevenir y solucionar la degradación de tierras y la consecuente desertificación del país.
El legislador perredista destacó la urgencia de generar información actualizada sobre esa problemática, porque desde 2003 se sabía que 45 por ciento de los suelos nacionales estaban en proceso de degradación debido a la acción de químicos, aguas, vientos y acción humana.
De acuerdo con Reyes Gámiz, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y la Comisión Nacional Forestal reconocen que México es uno de los países con mayor degradación en Latinoamérica, sobre todo en la zona norte, la Mixteca oaxaqueña, la Montaña de Guerrero y regiones semisecas de Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, México y Tlaxcala.
En esas entidades, alertó, la agricultura de temporal y la producción de ganado son los procesos económicos fundamentales, pero también factores de enorme desertificación.
Ante esa situación, propuso en la Comisión Permanente exhortar al Ejecutivo federal a instrumentar campañas de sensibilización y capacitación para la sociedad en general, a fin de luchar en conjunto contra la desertificación y la sequía en el país.
Planteó que la Semarnat y la Conafor deben presentar en un tiempo razonable una evaluación actualizada sobre este problema, para conocer de manera precisa los procesos, niveles y tipos de degradación.
Con base en ello, agregó, también se podrá contribuir, de manera precisa y focalizada con acciones que permitan evitar la disminución de productividad biológica, la biodiversidad y la capacidad actual o futura para sostener vida de los suelos nacionales.
En el marco de la celebración del “Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía”, Reyes Gámiz explicó que este año se adoptó la consigna de enfatizar los riesgos mundiales que entrañan la sequía y la escasez de agua bajo el lema “No dejemos que se seque nuestro futuro”.
“La sequía excepcional de 2011-2012 ha sido un factor que ha exacerbado la baja en la productividad de las unidades agroalimentarias y forestales, propiciando desequilibrios económicos y ambientales”, recordó.
“Las últimas estimaciones indican que unos 12 millones de hectáreas de tierra son transformadas en nuevos desiertos hechos por el hombre cada año y un cuarto de la tierra agrícola está altamente degradada de alguna forma irreversible”.
Planteó que existe una relación entre migración, pobreza y deterioro ambiental, porque debido a la desertificiación empeora el nivel de vida de la población pobre que vive en tierras secas, se agrava su situación sanitaria y alimentaria.
Expuso que, al verse obligados a buscar otros medios de subsistencia, los conflictos y la migración invaden centros urbanos, extendiéndose a otros países, y refirió que más de 250 millones de personas en el mundo están afectadas por la desertificación, y gran cantidad de éstas se ven obligadas a desplazarse por sus efectos.
El propósito primordial es rescatar los recursos naturales básicos del país y las tierras del planeta para las generaciones presentes y futuras. La lucha contra la desertificación es sólo parte de un objetivo más amplio: el desarrollo sustentable de los países afectados por la sequía y la desertificación, concluyó.
México, 22 Jun. (Notimex)