Un comando de 400 hombres ingresó en Nueva Holanda. Buscaban a jóvenes que el lunes robaron a Manifestantes.
Mientras desde las periferias urba nas de Brasil se agrandan las protestas contra “el genocidio” provocado por las fuerzas de seguridad en las barriadas pobres, ayer una nueva masacre conmovió a Río de Janeiro. Fue en la Favela Nueva Holanda del Complejo de la Maré, donde un violento operativo policial derivó en la muerte de nueve personas.
La unidad de operaciones especiales, el batallón de choque e inclusive soldados de la Fuerza Nacional enviados por el gobierno federal iniciaron la invasión de ese complejo de caseríos marginales, con 400 hombres, el lunes por la noche y ayer continuaban con la ocupación.
El cuerpo del Bope, un ala policial de reconocida brutalidad, se encargó del operativo “limpieza”. Iban, según dijeron, a la búsqueda de jóvenes desaforados, presuntamente salidos de esos morros, que el lunes por la tarde hicieron un “arrastao” entre una multitud que realizaba una manifestación en la avenida Brasil, en el norte de la capital carioca. Se llama “arrastao” a la acción de grupos numerosos de jóvenes delincuentes, que suelen bajar al unísono de los morros, para ingresar en las playas del centro y producir una secuencia de robos entre los turistas.
Los habitantes de esos barrios dijeron a la prensa que “el escenario es de guerra”.
Cerraron todos los negocios y las clases fueron suspendidas en varias escuelas. Muchos de los vecinos declararon que no había ni luz ni teléfono. Mientras los “enfrentamientos” seguían ayer, aunque en forma aislada, vecinos del Complejo de la Maré salieron a manifestar por la avenida Brasil. Llegaron inclusive a acostarse en el asfalto para bloquear el tránsito. Pero enseguida fueron reprimidos con bombas de gases lacrimógenos.
Esa protesta improvisada era para demandar justicia y el fin de la violencia policial. Las entradas a la villa de emergencia Nueva Holanda fueron clausuradas por las tropas policiales con el fin de “impedir”, según dijeron, que haya nuevas manifestaciones en el lugar.
Miembro de una organización no gubernamental, el Observatorio de las Favelas, el geógrafo Jalson de Souza e Silva denunció que la policía militar “actuó con exceso de fuerza y de violencia” en la operación iniciada anteanoche.
La insistencia del gobierno federal de Dilma Rousseff en que no se será “tolerante” con quienes promuevan pillajes y destrozos en las manifestaciones parece haber tenido un efecto perverso. Mientras dio en los hechos un aval para la represión en la periferia, los pocos jóvenes que fueron identificados por las fuerzas de seguridad como autores materiales de depredaciones, recuperaron inmediatamente la libertad. Es el caso de un fusilero naval identificado como uno de los que invadió el edificio de la cancillería brasileña en Brasilia, el Palacio de Itamaraty.
Ayer, la Secretaría Nacional de Seguridad Pública, que depende de la presidenta Rousseff, dijo que la participación de la Fuerza Nacional en el caso del Complejo de la Maré estaba previsto para otra favela, la de Santo Amaro. Y aseguró que el envío de los refuerzos se debió a los grandes actos que hospeda Río este año, entre ellos la Jornada Mundial de la Juventud donde estará el Papa Francisco.
Ayer, también la periferia de la zona sur de San Pablo fue escenario de nuevas manifestaciones. Organizadas por la ONG Periferia Activa, cerca de 1.000 vecinos de la zonas exigieron el fin del “genocidio” en las favelas practicados por la policía militar provincial.
Clarín, 26 Junio 2013.