Por Mariela Gómez M.
Rosario Castellanos es una de l@s más importantes escritor@s de la literatura mexicana. Hizo parecer fácil el difícil arte de las letras, incursionó en los más importantes géneros literarios: desde la poesía, la narrativa, tanto en el cuento como en la novela, el ensayo y hasta textos periodísticos.
Fueron dos los grandes temas que delinearon su vida y su obra: primero, el mundo indígena, como dice José Saramago: “’supo contar las vicisitudes de los indios y las tropelías de los blancos”; segundo, el papel de la mujer: en 1975 José Emilio Pacheco dijo sobre Rosario Castellanos: “nadie en este país tuvo, en su momento, una conciencia tan clara de los que significa la doble condición de mujer y de mexicana, ni hizo de esta conciencia la materia prima de su obra”.
Pero no sólo eso, podemos reflexionar alrededor de la obra Balún Canán: la escritora no perdona a nadie, todas las figuras, todos los clichés, el estereotipo de la mujer, del indígena, del pobre, del hombre blanco, del poderoso, del luchador social. Veamos directamente la obra, aquí hay unos ejemplos:
La pobreza: “¿Te acuerdas cuando impusieron el salario mínimo? A todos se les fue el alma a los pies. Era el desastre. ¿Y qué pasó? Que somos lagartos mañosos y no se nos pesca fácilmente. Hemos encontrado la manera de no pagarlo.”
Lucha de clases: “No, no era cierto que perteneciera a la casta de los señores. Ernesto no era más que un bastardo de quien su padre se avergonzaba” [ …] “La misma sangre, el mismo apellido, las mismas costumbres. ¿En qué era el uno superior al otro?”
Mujeres solas: “¿Y si Francisca no se casa? Peor. En esta familia no habrá un respeto de hombre.”
Educación: “―¿Dónde se ha visto semejante cosa? Enseñarles a leer cuando ni siquiera son capaces de hablar español.” […] “No van a aguantar el trote mucho tiempo, Ahora van porque en realidad no es época de quehaceres. Pero los indios necesitan a sus hijos para que los ayuden. Cuando llegue el tiempo de las cosechas no se van a dar abasto solos. Y entonces qué escuela ni qué nada.”
El indígena: “Es que no los conoce; es que nunca se ha acercado a ellos ni ha sentido cómo apestan a suciedad y a trago” […] “Y yo hubiera preferido mil veces no nacer nunca antes que haber nacido entre esta raza de víboras” […] “El caso de su madre era distinto. No era una india. Era una mujer humilde, del pueblo. Pero blanca.”
El mundo, nuestra realidad. Todos la vivimos nos avergonzamos, ignoramos y seguimos. Supo Rosario Castellanos que, entonces el arte, la literatura, nos aleja de la cotidianidad y nos señala, resalta algo que debe ser observado y debiéramos poner atención.
Muere en Tel Aviv, Israel, el 7 de agosto de 1974 a los 49 años. Recordemos a la escritora este mes.
Bibliografía:
Rosario Castellanos, Balún Canán, (Colección popular), Fondo de Cultura Económica, México.