Casey James Fury ya no quería seguir trabajando y en el proceso le costó a la Marina casi 500 millones de dólares y un submarino de ataque.
Fury admitió haber iniciado el incendio en el USS Miami en mayo del 2012 mientras el submarino nuclear se encontraba en el dique seco. En marzo, fue sentenciado a 12 años en prisión federal, y se le ordenó pagar $400 millones en restitución, más o menos el costo de los daños.
Por supuesto que la Marina no recibirá nada que se le acerque a esa cantidad por parte de Fury, pero tampoco del gobierno.
La Marina anunció que a pesar de que la demanda de submarinos de ataque es «más alta que nunca», el Miami va a ser desactivado. Esta es la razón: Debido a los recortes forzosos al presupuesto del gobierno federal, la Marina no puede pagar las reparaciones.
«El tipo de daño no se compara a nada de lo que hemos visto recientemente», expresó el Almirante Richard Breckenridge, director de operaciones submarinas, en una publicación del Navy Live. «El alcance anticipado del trabajo es cuatro veces mayor a cualquier reparación hecha a un submarino por daños», continuó la publicación.
Breckenridge culpó a los recortes presupuestarios.
Fury estaba trabajando dentro del USS Miami el 23 de mayo, pintando y limpiando con abrasivos mientras el submarino de clase Los Ángeles se encontraba en el astillero naval de Portsmouth, Nueva Hampshire, para que le hicieran una serie de reparaciones .
Las primeras investigaciones de la Marina concluyeron que el incendio pudo haber sido iniciado por una aspiradora. Sin embargo, según una denuncia federal, Fury admitió haberle prendido fuego a una pila de trapos ubicados cerca de la aspiradora en un camarote del submarino.
Siete personas resultaron heridas, incluyendo a tres bomberos del astillero. El reactor del submarino no estaba operando cuando el fuego comenzó; no se vio afectado y permaneció estable durante el incidente, expresó el capitán Bryant Fuller, comandante del astillero.
Fury también admitió haber iniciado un segundo incendio en el dique seco tres semanas después, según los documentos del tribunal federal. El segundo incendio se inició en un área en la parte baja del submarino, donde Fury estaba trabajando. En ambos casos, le dijo a los investigadores que inició los incendios porque estaba experimentando ansiedad extrema, y estaba tratando de salir pronto del trabajo, según documentos federales.
Los senadores Susan Collins y Angus King, de Maine, y Jeanne Shaheen y Kelly Ayotte, de Nueva Hampshire, expresaron su desilusión respecto a la decisión que se anunció, diciendo en una declaración que desactivar el Miami «implicará una pérdida a nuestra flota nuclear de submarinos; otra consecuencia desafortunada de las reducciones conocidas como ‘secuestro’ presupuestario. Seguiremos trabajando juntos para encontrar una solución responsable que reemplace esta medida».
El Miami se encargó en 1990, y fue uno de los 42 submarinos de la clase Los Ángeles en la flota de Estados Unidos. Llevaba una tripulación de 12 oficiales y 98 miembros alistados del personal, según la Marina, y era capaz de transportar misiles de crucero Tomahawk y torpedos Mark 48. Según la Marina, no había armas a bordo al momento de los incendios.
Éste es el segundo buque de guerra que la Marina pierde este año. En enero, el USS Guardian, un dragaminas, colisionó con el Arrecife Tubbataha en las Filipinas, provocando daños en más o menos 43.000 pies cuadrados del sitio declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Para evitar mayores daños al arrecife, los equipos de rescate tuvieron que cortarlo en pedazos para llevárselo y fue retirado de la flota en febrero.
CNN