Las redes digitales como Facebook y Twitter han despertado intereses y pasiones de muchos que han analizado el potencial positivo y negativo de estas herramientas en la sociedad. El crecimiento astronómico de la que hoy es una de las empresas más poderosas en el mundo de la información, Facebook, ha sido blanco de innumerables críticas respecto al uso de los datos personales de los usuarios.
Acerca de este tema, Karsten Gerloff, presidente de la Fundación Europea del Software Libre, pronosticó en una conferencia que Microsoft y Facebook desaparecerán en un periodo de entre 3 y 10 años, y que Google podría correr la misma suerte si no se reinventa pronto. (Fragmentos de la casi fúrica conferencia pueden encontrarse en esta crónica). Gerloff denuncia que para estas empresas, los usuarios no somos clientes, sino productos, y que nuestra información personal es con lo que ellos verdaderamente comercializan, beneficiando intereses de terceros como los anunciantes, e inclusive los mismos servicios secretos.
La historia de la humanidad está llena de experiencias de comunicación en la que medios y canales sirven de intermediarios para los grandes corporativos, vendiendo, literalmente, fragmentos de la atención de la audiencia y los datos personales que se han tenido a la mano para que los anunciantes puedan ofrecer productos o servicios de forma cada vez más precisa. El mecanismo que los medios ofrecen para llevar el mensaje de forma más eficiente es la segmentación de la audiencia por perfiles socioeconómicos, culturales, geográficos, de educación, de género, edad etc. Algunos ejemplos donde este modelo se aplica son: El teatro en la Antigua Grecia (que agrupaba a las personas para entregar un mensaje político y moral), la prensa gratuita (que a la fecha sirve a los intereses de los anunciantes para entregar mensajes políticos y comerciales), la TV abierta, que proporciona a los corporativos segmentación de públicos para conocer a su mercado y vender sus productos, y finalmente el Internet a través de las redes digitales, donde este modelo se ha explotado especialmente.
De modo que el modelo en que los medios de comunicación comercializan la atención y la información de los usuarios no es algo nuevo, es un modelo que se ha utilizado históricamente y seguramente seguirá siendo así durante mucho tiempo.
Lo que los usuarios podemos hacer es tomar mucha más conciencia de la información que publicamos a través de estos medios, ser conscientes de la memoria digital, y notar que las redes digitales han definido una nueva dimensión de la personalidad humana que por nueva a veces no sabemos usar y de la que debemos ser conscientes y actuar con cautela.