Quedó claro una vez más que Miley Cyrus busca distanciarse del aura de chica Disney que logró como la ingeniosa Hannah Montana. Durante su participación en los MTV Video Music Awards 2013, la joven cantante, con otro perfil, llamó la atención por un baile sensual y ciertamente polémico.
La estrella pop, de apenas 20 años, salió al escenario vistiendo un leotardo gris e interpretó una enérgica versión de su éxito “We Can’t Stop”. Acompañada por osos de peluche danzantes, una animada y desinhibida Cyrus logró su cometido: provocar.
Sobre el final de la canción, la artista se quitó el body y quedó con una pequeña bikini color piel. Enseguida, interpretó “Blurred Lines” junto a Robin Thicke, a quien le dedicó todo su erotismo.
La repercusión en Twitter fue inmediata. El comediante Kevin Hart, por caso, escribió: “Miley debería hacerse una prueba de embarazo después de ese baile”. Una de las postales de la noche fue la reacción de la familia de Will Smith al observar la interpretación de la exchica Disney:
Muchos comentaron estar sorprendidos por la osada interpretación de Cyrus. Como suele ocurrir, hubo condenas y felicitaciones a la estrella.
El director editorial de Billboard, Bill Werde, por ejemplo, tuiteó que a Cyrus “no le importa lo que ustedes piensen. Esa es su marca ahora y estuvo asombrosa”.
CNN