Con el propósito de ofrecer una nueva alternativa de tratamiento a los mexicanos que han sido diagnosticados con Parkinson, investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) trabajan en el desarrollo de un sistema biorobótico para apoyar en su rehabilitación a personas con dicha enfermedad.
Ricardo Gustavo Rodríguez Cañizo, investigador de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Unidad Azcapotzalco, destacó que los tratamientos farmacológicos llegan a regular o controlar la producción de dopamina, pero no son cien por ciento eficaces, y no todos los pacientes son candidatos a los tratamientos quirúrgicos.
Por otro lado, explicó que la mecanoterapia, disciplina de donde proviene su sistema biorrobótico, ayuda a la rehabilitación a través del control de los movimientos involuntarios de las extremidades. El Centro de Rehabilitación Infantil de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) define la mecanoterapia como una disciplina que se engloba dentro de la fisioterapia y se refiere a la utilización terapéutica e higiénica de aparatos mecánicos destinados a provocar y dirigir movimientos corporales regulados en su fuerza, trayectoria y amplitud.
Entre los padecimientos que se atienden con mecanoterapia destacan la poliomielitis, neuritis, paraplejia, síndromes de inmovilización, distrofias y espasmos musculares, alteraciones postulares, entre otros. El desarrollo del exoesqueleto que forma parte del sistema antes mencionado, según el doctor Rodríguez Cañizo, está diseñado para proporcionar el movimiento básico y los grados de libertad en cada articulación del brazo.
“La producción del dispositivo es personalizada y está planteada tomando como base un estudio antropométrico, para así obtener un rango de medidas promedio. También cuenta con unas bandas o correas que facilitan el ajuste a las extremidades de cada persona”, explicó el especialista.
Precisó que, cuando el paciente tenga puesto el dispositivo, su cerebro captará la señal del movimiento contrario al involuntario y, al asimilarlo, se irá entrenando. “Consideramos que este dispositivo es una terapia complementaria al tratamiento farmacológico, debido a que ayudará a que el paciente distinga los movimientos voluntarios de los que no lo son y amortigüe la discinesia”.
El investigador también dijo que, una vez concluida esta nueva tecnología, se contará con el apoyo de especialistas en Neurología del ISSSTE, para evaluarla en sus pacientes. Posterior a esto, el doctor Gustavo Rodríguez optimizará el diseño, con el objetivo de hacerlo más liviano y delgado. Para su comercialización, lo elaborarán con acero inoxidable o titanio para así cumplir con las normas oficiales dirigidas a dispositivos robóticos para uso médico.
invdes