¡Oh, cielos!
He aquí un estudio científico que le puede dar un ataque de risa a la humanidad.
Esto seguido de mediciones en secreto.
Y por más que me gustaría escribir acerca de cualquier otro tema, CNN me ha delegado la tarea de compartir esto contigo. Entonces, aquí vamos: Un nuevo estudio sugiere que los papás que tienen testículos más pequeños tienen mayores probabilidades de entregarse al cuidado de sus hijos.
Muy bien.
El estudio fue publicado el lunes, en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, conocidas por el acrónimo PNAS (Sí, suena cómico en este contexto, así que adelante, puedes reírte).
Investigadores en la Universidad Emory utilizaron una resonancia magnética para medir las gónadas de 70 afortunados padres biológicos, comprendidos entre los 21 a 43 años de edad, en el área de Atlanta. (Sí, les pagaron por hacer esto).
Los científicos también estudiaron los patrones cerebrales de cada padre mientras veía fotos de su hijo, del hijo de un extraño, o de un adulto extraño.
Buscaban actividad en una parte del cerebro que se cree está “involucrada en la motivación para acercarse y procurar cuidados a los hijos”, indicó James Rilling, antropólogo de la Universidad Emory, uno de los autores del estudio.
Mientras tanto, las parejas de los hombres respondieron preguntas acerca de qué tanto se involucraban en el cuidado de sus hijos. ¿Los llevan al doctor, o los acuestan en la noche?
Los investigadores luego analizaron la información.
“Se observó una relación inversamente proporcional entre el volumen testicular de los padres y los niveles de testosterona, y el cuidado paternal”, explica el estudio, “y se observó una correlación inversa entre el volumen de los testículos y la actividad cerebral relacionada al cuidado de los hijos cuando veían fotos de su propio hijo”.
Cuando me enteré de este estudio, inmediatamente me preocupé al pensar qué podría pasar si se toma fuera de contexto.
Imagina este titular: “Padres holgazanes atribuyen su comportamiento al hecho de que están bien dotados”.
Imagina este consejo de una madre a su hija antes de casarse: “¿Va a ser un buen padre? ¡Examina su entrepierna!”
Así que, antes de que alguien haga una declaración tan prematura, deben saber que estos investigadores no aseguran que el tamaño de los genitales de un hombre determinan qué tan buen padre será. Algunos expertos en testículos a quienes les pedimos que revisaran el estudio, hicieron notar algunas advertencias que son tan grandes como un par de rocas.
Investigador: Procurar cuidados podría llevar a una reducción
El estudio inició con una idea bastante simple. Los animales tienen que dividir su tiempo entre aparearse y cuidar de sus crías. Algunos estudios previos sugerían que menos testosterona lleva a menos apareamiento y por lo tanto, a más tiempo y energía que se pueden dedicar a cuidar de las crías.
Así que este equipo se preguntó -probablemente escuchando música de la banda Bloodhound Gang- si existe una compensación similar en los humanos.
La correlación que encontraron sugiere que hay “una correlación entre los esfuerzos por aparearse y los esfuerzos por criar a los hijos”, establecen en su estudio.
No tan rápido, dice Lee Gettler, un antropólogo en Notre Dame, quien ha realizado investigaciones sobre cómo los hombres responden físicamente a las interacciones entre padre e hijo.
Para que la sugerencia detrás de este estudio funcione, las partes privadas más grandes tendrían que relacionarse a más “apareamiento” por parte de los hombres. Sin embargo, no es el caso, explica Gettler. “Los testículos grandes no te llevan a actuar promiscuamente, o a tener un mal comportamiento como padre”.
Además, “el tamaño de los testículos no importa tanto en cuanto a la producción de testosterona”.
Se debe notar que el tamaño tampoco determina cuánto esperma se produce, dice Abass Alavi, investigador en la Universidad de Pensilvania.
“Lo importante es cuánto esperma está produciendo el testículo”, indica. “Algunos genios tienen cerebros muy pequeños”.
Rilling dice que es cierto; este estudio no tomó en cuenta lo que sucede dentro de las piedras/guijarros.
Además, él dice que el estudio no determinó una “dirección de causalidad. Podría ser que en los hombres que se involucran más como cuidadores, sus testículos en realidad se encogen”.
Genial. Esto es justo lo que los padres quieren oír.
No “buenos” o “malos” papás
Rilling dice que el estudio no se enfoca en “buenos” o “malos” papás.
“Hay otros aspectos involucrados en ser un buen padre. Para algunos hombres, se trata de trabajar muchas horas al día para poder pagar una escuela privada para los hijos, o para darles una buena alimentación. Para otros padres, lo importante es jugar con sus hijos, entrenarlos en un deporte, cosas de ese tipo. No tomamos en cuenta nada de esto”.
Y muchos factores determinan qué tan involucrado está el papá a cualquier edad, desde cómo lo criaron a él, hasta cuánto tiempo trabaja o quién más lo ayuda a criar a sus hijos.
Aún así, aunque este estudio solamente tomó en cuenta a 70 papás, Rilling dice que confía en que ésta fue una muestra lo suficientemente representativa para sacar la conclusión general de que los hombres con testículos más pequeños están biológicamente más predispuestos a brindarles afecto a sus hijos.
Los autores dicen en el informe que es necesario hacer otros estudios para aprender mucho más acerca de esta idea.
Rilling espera que a la larga, este estudio pueda contribuir a tener un mejor entendimiento de los muchos factores que influyen la manera en que los padres se comportan. Tal vez con el tiempo, dice, ayudará a la asistencia médica para padres que tienen dificultades para sentir lazos con sus hijos pequeños.
Cómo haces el cálculo
Bueno, dejemos de lado el estudio. Probablemente te estás preguntando cuál es el tamaño promedio de un testículo. No quieres hacerlo, pero así es.
No hay un tamaño promedio, dice Alavi. El volumen testicular “varía enormemente” entre las personas alrededor del mundo.
A continuación te presentamos más información que seguramente nunca quisiste saber acerca de las glándulas reproductoras masculinas:
El tamaño y la función aumentan hasta la pubertad, y luego se estancan alrededor de los 15 a 20 años de edad. Tanto la función como el tamaño empiezan a disminuir alrededor de los 50 años, y una “disminución significativa” en el tamaño inicia a la edad de 60 años. “Cuando llegas a los 80 años, tienes más o menos un tercio del tamaño de los testículos que cuando tenías 20”, dijo Alavi, y con esto puedo decir que afortunadamente este párrafo terminó.
Las pelotas que en realidad importan
En todo el país, muchos padres están haciendo un trabajo fantástico, sin importar la talla de sunga que necesitarían si estuvieran lo suficientemente locos como para usar una, pero no lo están.
De Pew Research: “Casi todos los padres que viven con sus hijos desempeñan un papel activo en sus vidas diarias por medio de actividades como comer juntos, ayudarlos con las tareas y jugar”.
Tratamos de luchar contra los estereotipos negativos de los papás como bufones ignorantes. Y lo hacemos porque amamos a nuestros hijos y tenemos los valores correctos. Ten en mente -tal como lo expresé en una plática del programa TEDx- que al final, si eres padre, formar un vínculo con tus hijos aborda el sueño primario y original que está dentro de todos nosotros.
Nos ayuda a permanecer jóvenes y saludables. Además, es divertido.
Los papás en la actualidad están creando una nueva era en la que se involucran en la paternidad. Nuestros hijos aprenderán a hacer lo mismo a través de nuestro ejemplo, sin importar de qué tamaño sean sus genitales.
CNN