Escuchar música es un acto tan placentero como tener sexo, comer e incluso podría desencadenar reacciones químicas en el cerebro tan poderosas como las drogas.
Comprobado por la ciencia
Son varios estudios los que dan cuenta de este fenómeno. De acuerdo con investigadores de la Universidad de MacGill, en los Estados Unidos, cuando escuchas un buen disco se libera dopamina, un neurotransmisor cerebral que es fundamental cuando se realiza un acto placentero.
La dopamina liberada mientras se escucha música tiene efectos muy positivos para la salud. De entrada cambia y mejora la conductancia de la piel (la propiedad que tiene el cuerpo para transportar energía eléctrica entre sí), el ritmo cardíaco, la respiración y la temperatura.
Ni importa el género
Por otro lado, otra investigación llevada a cabo por el Instituto Neurológico de Montreal, en Canadá, descubrió que escuchar música gratifica al cerebro, sin importar si se trata de una sinfonía, rock o rancheras.
A través de resonancia magnética se observó que cuando escuchas música involucras la corteza cerebral, pero también las regiones de las emociones y los circuitos mesolímbicos vinculados a la gratificación.
Apreciación subjetiva
Desde tiempos remotos la música es un fenómeno muy poderoso que existe en todas las culturas del mundo. Su apreciación es compleja y, aparentemente, una característica distintiva de los humanos ya que depende de factores sociales, memoria y experiencias muy particulares.
De lo anterior se desprende que el placer que provoque o no la música será muy subjetivo; sin embargo, muchas encuestas se empeñan en elaborar una play list de las canciones más eróticas para la mayoría.
Tal es el caso del sondeo dirigido por el psicólogo británico Daniel Mullensiefen con los usuarios de Spotify, un servicio de reproducción de música mediante streaming. Según el Mullensiefen las personas usan la música para comunicar intenciones románticas y para modificar su estado de ánimo durante el encuentro.
Fuente: esmas