La imagen pública de Paul McCartney siempre se ha visto salpicada por los rumores sobre las exigentes normas que impone a todos sus empleados, unas conjeturas que ahora han llegado a su punto más álgido desde que salió a la luz que el artista prohibió a su equipo comer pollo al curry, acceder a las redes sociales y consumir drogas sin prescripción médica: todo ello, para que la filmación de su nuevo videoclip Queenie Eye salga a la perfección.
“En un principio se entendió como una broma, pero pueden echarte de tu trabajo si no respetas escrupulosamente las normas. Cualquiera al que encuentre en Twitter o Facebook, o simplemente comiendo un poco de jamón será despedido inmediatamente. El consumo de drogas quizás es más difícil de probar”, confesó un informante al relatar las ocurrentes demandas del legendario músico de 71 años.
Esta no es la primera vez que McCartney pide a sus empleados lealtad total a la hora de respetar su condición de vegetariano, ya que los trabajadores encargados de preparar el concierto que ofreció recientemente en Saskatchewan (Canadá) durante su última gira norteamericana solo pudieron degustar un menú carente de cualquier producto a base de carne.
Fuente: Uno TV