Los besos son un símbolo cultural de cariño, afecto y/o deseo. Besamos por las razones más extrañas –para hacerle saber al otro que lo queremos, que deseamos tener sexo, porque es divertido o en el peor de los casos para manipular a las personas. Pero el acto de besar puede encerrar algunas claves de nuestra evolución como especie. ¿Qué sentido tiene el besar? Los seres humanos le damos demasiada importancia a los besos, pero casi ningún otro animal lo hace.
Un nuevo estudio de la Universidad de Oxford sugiere que los besos pueden llegar a tener un propósito más allá de lo obvio – son básicamente un casting de apareamiento. Parejas potenciales realizan una prueba de sabor al besarse.
El besar, que prácticamente se usa en casi todas las sociedades humanas, es un misterio para los estudiosos de la conducta de apareamiento. Los chimpancés y los bonobos se besan, pero no con la misma intensidad o con los altos niveles de pasión que los homo sapiens lo hacemos. Hay tres teorías que intentan explicar el por qué, a diferencia de otras especies, el simple acto de juntar nuestros labios se trate de una prueba y error para potenciales parejas que al final desencadenará en el cimiento de nuestras relaciones.
Dos investigadores del departamento de psicología experimental de Oxford , Rafael Wlodarski y Robin Dunbar, proporcionaron evidencia de las últimas explicaciones en su más reciente investigación. Crearon una encuesta en línea y se les pidió a unos 900 adultos (cerca de dos tercios de los cuales eran mujeres) para responder preguntas sobre la importancia de los besos en las relaciones largas y cortas. En general, las mujeres valoran más que los hombres el besar (ninguna sorpresa ahí), pero los hombres que se auto-calificaron a sí mismos como más atractivos que otros, o que habían tenido mayor cantidad de parejas también pusieron mucho más énfasis en los besos.
Tiene sentido, según los investigadores, ya que tanto las mujeres y los hombres “atractivos” tienden a ser más exigentes con sus elecciones de apareamiento. Para las mujeres, dar a luz y criar hijos es una gran inversión de vida y salud, por lo que es importante realizar una selección correcta de el co-padre. La famosa antropóloga Helen Fisher dijo en World Report lo siguiente: “Cuando hay una especie altamente inteligente con predisposición a emparejarse durante años para criar un bebé, evolucionan cada vez más los mecanismos del cerebro para eliminar a los competidores débiles.” Los hombres atractivos son exigentes porque pueden serlo, tienen más opciones, por lo que necesitan una manera de filtrarlas. Besar, dice el equipo de Oxford, puede ser la manera de audicionar a parejas potenciales.
¿Cómo un beso puede determinar el valor que tenemos como pareja potencial? En realidad no es muy claro, pero algunos filematólogos (son las personas que estudian los besos) creen que tiene que ver con el olfato. En su libro “The Science of Kissing”, Sheril Kirshenbaum, explica que encontró en los estudios de Clase Wedekind que “las mujeres resultan atraídas por el olor de los hombres que tienen un código genético totalmente diferente para su sistema inmunológico en una región del ADN conocida como el complejo de histocompatibilidad compleja.” Tener ADN diferente al de la persona que estás besando aumenta las posibilidades de tener hijos sanos. Y yuxtaponer nuestros músculos orbicularios orales en un estado de contracción suele ser más divertido que realizarnos una prueba genética.
Otros científicos creen que las mujeres envían una señal cuando están ovulando, que puede ser detectada subconscientemente si una pareja potencial está lo suficientemente cerca. Como explican los autores de un estudio publicado en The Archives of Sexual Behavior, “No está claro, si besar ayuda en el proceso de selección de pareja al facilitar la evaluación de las señales que envían las feromonas para comparar la salud general, aptitud genética, o incluso la fertilidad , o bien pueden ayudar a la evaluación gustativa de grasa de la piel y los compuestos de saliva” (Traducción: podría ser algo del subconsciente, o puede ser que las parejas averiguan si el olor de su pareja potencial es compatible químicamente con sus gustos personales).
Las mujeres en el estudio también rankearon a los besos de mayor importancia para las relaciones largas, lo que sugiere que son utilizados como una forma de comunicación y amplificación del afecto y el apego. De hecho, los besos resultaron de mayor importancia que el sexo en relaciones de calidad. Por otro lado, los investigadores sugieren que aunque los besos producen excitación, la excitación no parece ser lo que lleve a la gente a seguir besándose.
Fuente: (Avant Sex)