Su padecimiento no es una enfermedad, es una característica física en ocasiones motora con la que nacieron las y los niños con síndrome de Down, afirmó Magdalena Cruz Nieto, presidenta de la Asociación Down Hidalguense (ADH).

Añadió que al igual que el resto de las personas, ellos también son inteligentes, incluso pueden ser más de lo que creemos.

A raíz del nacimiento de su hija, quien actualmente tiene siete años, creó esta organización, ya que a ella se le dificultaba en ese tiempo llevar a su pequeña a una escuela regular, donde le dieran un trato digno e igual que al resto de los niños.

«Los padres quienes tienen en su hogar un niño o niña con síndrome de Down, hacemos lo posible para darles las mismas oportunidades que a los demás menores, de ahí la idea de conformar la Asociación», resaltó.

En ADH les brindan talleres de danza, música, elaboración de artesanías, incluso cocina, además de terapias de lenguaje y estimulación temprana.

También hay una pequeña escuela para padres, donde se concientiza cómo vivir con esta situación y no tratar como enfermo o incapaz al infante, sino alentarlo y apoyarlo para que lleve una vida normal.

Sandra Palacios y Honoria Jiménez, son mamás de pequeñas con dicha alteración, ambas coincidieron en que la atención de cada uno es diferente, ya que esto depende del nivel de capacidad mental, incluso social que tengan.

Señalaron la importancia de que en los ambientes de crianza, ya sea el hogar, la guardería, la escuela y la comunidad se vea más allá de las discapacidades y limitaciones, para transmitirles actitudes positivas, optimistas y alentadoras.

El síndrome Down es un trastorno genético que provoca rasgos físicos particulares y retraso en el desarrollo intelectual, de acuerdo con estadísticas, ocurre en uno de cada 733 nacimientos, estas personas tienen 47 cromosomas en lugar de 46.

Es la causa más frecuente de discapacidad psíquica congénita y debe su nombre al médico inglés John Langdon Down, quien fue el primero en describir esta alteración genética en 1866.