La experta en Psiquiatría, Liduvina González Herrera, afirmó que es fundamental la comunicación para un ambiente laboral sano.
Indicó que la exclusión del grupo laboral mediante intimidación, humillación y segregación es una forma de abuso emocional conocido como “mobbing”, acoso que se genera a partir de la resistencia al cambio por parte de los integrantes de un sector o grupo definido.
“Es común que cuando una persona nueva entra a este círculo se le discrimine y aísle del resto del grupo”, dijo la experta.
De tal forma, continuó, el trabajador se ve envuelto en situaciones que estigmatizan su presencia en el grupo laboral, se le excluye de las decisiones grupales, se ignora su presencia y su opinión jamás es tomada en cuenta.
Expresó que en casos extremos el acosado es víctima de insultos o gritos, así como la asignación de tareas laborales imposibles de cumplir, sobrecargando sus actividades.
Detalló que en el caso del “mobbing” es importante detectar el líder del acoso, ya que es el que agrupa a los demás miembros, generalmente más débiles y les guía mediante el proceso de acoso hacia el nuevo integrante, quien cumplirá durante ese periodo la función de “chivo expiatorio”.
Manifestó que aunque el fenómeno se da generalmente ente personas del mismo gremio, también existe entre jefe y subordinado o viceversa. En el caso de jefe hacia subordinado se puede presentar por celos profesionales ya que el superior ve al trabajador por sus cualidades como una posible amenaza a largo plazo.
En el caso contrario cuando el subordinado es el agresor, señaló, se debe al rechazo absoluto a la figura de autoridad del jefe en curso dado a actitudes autoritarias, arbitrarias o malas tácticas de liderazgo que llegan a perjudicar el ambiente laborar y desencadenar un intento velado por sabotear su liderazgo.
De igual forma, destacó que es importante tomar en cuenta que el “mobbing” es un fenómeno natural en el comportamiento del ser humano, pero esto dura solo un tiempo, si el hecho permanece de forma recurrente y llega a afectar el estado emocional de las víctimas, así como el flujo de trabajo entonces es importante tomar medidas.
Señaló que el acosado sufre generalmente de depresión, sentimiento de culpa, estrés, ansiedad y gran pérdida de la autoestima, así como dificultad para concentrarse, perjudicando así su desempeño laboral y generando con ello un círculo vicioso, en que el acoso continúa.
Consideró importante detectar este tipo de comportamiento a tiempo para evitar el desgaste emocional de la víctima pues la presión es tal que puede tener repercusiones severas en la salud de las personas.
Añadió que también es importante como líder o jefe de un grupo, estar al pendiente de los esquemas internos de comunicación de sus subordinados y fomentar la comunicación entre ellos, para que exista una mejor relación laboral.
Refirió que la presencia del jefe de grupo es fundamental para que exista una atmósfera laboral saludable y, en caso de que sea el jefe el responsable del acoso, el grupo de trabajo deberá entablar comunicación con éste.