Este viernes, por segunda vez en la misma semana, la modelo brasileña Rogeria Cardeal da Silva participó en una manifestación para reivindicar la presencia de la raza negra en las pasarelas de Río de Janeiro.
Y lo hizo casi sin ropa: una diminuta tanga, sus senos pintados de varios colores y buena parte de su cuerpo en tono cobre.
“Es una sensación de libertad, de estar exponiendo lo que realmente somos”, señala en una entrevista con BBC Mundo.
Da Silva sostiene que conseguir trabajo como modelo ha sido difícil debido a su raza, a pesar de que una mayoría (50,7%) de los 194 millones de brasileños son negros o mulatos.
“Es complicado porque las agencias eligen perfiles de pieles blancas, claras, rubias, ojos claros”, dice. “Siempre nos dicen que no estamos en el perfil o la ropa no alcanzó para guardarnos un lugar, cuando en realidad sabemos que es debido al color de nuestra piel”.
Sin embargo, quizá algo esté empezando a cambiar en el mundo de la moda carioca.
Cuota en la pasarela
Los dos desfiles al aire libre con modelos negros de los últimos días en esta ciudad (hubo otro el miércoles) y en los que algunos llevaban más ropa que otros marcan un contraste con la semana de la moda de Río, que transcurre actualmente y reúne varias marcas famosas de ropa.
Un día antes del inicio de los desfiles, Luminosidade, la empresa que realiza el evento conocido como Fashion Rio firmó una carta de compromiso para recomendar a las marcas una participación de al menos 10% de modelos negros o indígenas en las pasarelas.
La carta también tiene la rúbrica de la Defensoría Pública de Río, que reaccionó ante una denuncia de organizaciones no gubernamentales sobre la “exclusión” de modelos negros en los desfiles cariocas.
“Los dueños de las marcas junto a los estilistas son quienes hacen esa dictadura relacionada a la cuestión de los negros, porque la moda siempre estuvo inclinada a una estética blanca-europea”, sostiene Moises Alcuña, coordinador de políticas públicas de Educafro, una ONG brasileña que negoció la carta con Luminosidade.
Alcuña señala a BBC Mundo que el diálogo que alcanzaron con los empresarios de la moda de Río es un motivo de celebración, pero que el 10% de cuota mínima que establece “todavía no ocurrió”.
La Defensoría aseguró el jueves que fiscalizaría en las pasarelas que el compromiso fuera respetado y que las marcas que lo incumplan estarían “sujetas a medidas legales”.
Pero sus miembros admiten que la tarea es complicada.
“Hay marcas que colocaron morenas, no negras específicamente, a pesar de la dificultad de clasificar eso. Es una cantidad todavía muy pequeña, pero creo que eso se puede resolver más adelante”, dijo la defensora Alessandra Bente en el sitio de información G1 este viernes.
¿Pacto duradero?
“Los dueños de las marcas junto a los estilistas son quienes hacen esa dictadura relacionada a la cuestión de los negros, porque la moda siempre estuvo inclinada a una estética blanca-europea” – Moisés Alcuña, Educafro
Luminosidade indicó en un comunicado que al final del Fashion Río deberá informar sobre la relación de modelos usados por cada marca a la Defensoría Pública, que en caso de incumplimiento del compromiso podrá “adoptar las medidas que juzgue necesarias”.
El texto consignó que en 2008 Luminosidade firmó otro compromiso sobre la “necesidad de adecuar” el casting de modelos en la semana de la moda de Sao Paulo, que también organiza la empresa.
Pero muchos recuerdan que ese pacto con el Ministerio Público caducó en diciembre y en el Sao Paulo Fashion Week que se celebró hace pocos días los modelos blancos eran muchísimos más que los negros.
BBC Mundo intentó comunicarse con Luminosidade para conocer cómo está siendo implementado el compromiso en Río, pero hasta la publicación de este artículo eso no fue posible. El servicio de prensa de la empresa se limitó a enviar el comunicado.
“Es bello”
Brasil está utilizando las cuotas raciales en diferentes ámbitos en procura de reducir la gran desigualdad que existe en su sociedad, donde un blanco gana en promedio casi el doble que un negro.
El año pasado se aprobó una ley para reservar la mitad de los cupos de ingreso en universidades federales a egresados de liceos públicos negros, mulatos, indígenas y pobres.
Y esta semana la presidenta Dilma Rousseff envió al Congreso un proyecto de ley para guardar 20% de los cupos en concursos públicos a ciudadanos afro-descendientes.
Aunque los activistas saludan esos esfuerzos, advierten que aún son insuficientes.
“Miren a todo Brasil: ¡en el tope sólo hay blancos! No tenemos nada contra los blancos, pero que los negros tengamos una educación básica de calidad, una universidad de calidad y que consigamos competir en igualdad de condiciones”, reclama Joana Raphael, coordinadora pedagógica de Educafro.
Ella trabajó en la organización de los desfiles étnico-raciales de esta semana en Río y dice que el objetivo es lograr bastante más que 10% de negros en las pasarelas. Cuando le preguntan por qué varios modelos están casi sin ropa, explica que es parte de la estrategia.
“Sacarse la ropa es para causar impacto, porque eso asusta”, indica. “Cuando se ve el desnudo… “¡¿Qué es eso?!” Ah, quieren llamar la atención sí, porque negro es bello”.
Fuente: (BBC)