El especialista Luis Chávez Orozco, titular de la Clínica de Páncreas y Colon en el Hospital de Especialidades del IMSS, explicó que la pancreatitis ocurre por la activación temprana de enzimas pancreáticas, las cuales participan en el proceso digestivo en el intestino, “que al activarse dentro del páncreas provocan una especie de ‘auto digestión’ del mismo”.
Señaló que existen dos causas principales para que se desencadene dicha enfermedad: el alcohol y la obstrucción del conducto pancreático a causa de piedras provenientes de la vesícula, “sin embargo, los pacientes alcohólicos encabezan el nivel de incidencia”.
Chávez Orozco afirmó que el dolor es el principal indicador de pancreatitis, el cual se presenta de manera intensa en la parte superior derecha del abdomen que en ocasiones irradia hacia la espalda.
El dolor llega a oprimir el abdomen, como si se tuviera un cinturón alrededor, lo cual conlleva a un cuadro severo de náusea y sudoración extrema, agregó.
Expuso que a consecuencia del dolor intenso, los pacientes entran en un cuadro de ansiedad que resulta en una elevación de la presión arterial, así como aumento del ritmo cardíaco denominado taquicardia.
Si la causa es por obstrucción de los conductos biliares, anotó, el paciente puede llegar a presentar ictericia, la cual se caracteriza por una coloración amarillenta de la piel y algunas veces hasta fiebre.
Subrayó que el ayuno es primordial en el tratamiento de pacientes con esta afección, porque así se evita que el páncreas produzca enzimas, las cuales fueron la causa principal del proceso inflamatorio.
El tratamiento para la pancreatitis depende en gran medida de los síntomas que el paciente presente, dijo, ya que no hay un medicamento específico que cure o elimine el proceso inflamatorio.
Precisó que en ocasiones es necesario colocar una sonda para la eliminación de los jugos gástricos y reducir el riesgo a presentar espasmos, los cuales a su vez pueden devenir en parálisis de órganos de la cavidad abdominal, en especial los intestinos.
Destacó que es importante mantener una alimentación balanceada y evitar excesos para no poner en riesgo la salud y, sobre todo, “es fundamental limitar el consumo de bebidas alcohólicas al ser éstas el principal detonante de esta afección”.