Hay quienes esperan del encuentro íntimo un acto sublime, tierno y lleno de amor. Otros, en cambio, prefieren que sea un momento lleno de pasión, ‘salvajismo’, sudor y por qué no, algo de dolor.
Han tomado la decisión de ser discretos en el sexo. Tomaron las cosas con calma, fingiendo que el aspecto carnal no es tan importante, que importaba más conocerse, llegar a tener la intimidad y confianza que se necesita para ser realmente una pareja. Es posible que hayan logrado hablarse a los ojos, cuando todo lo que pensaban era arrancarse la ropa. Y al final, lograron tener sexo. Pero no son felices. Algo faltó y no saben qué es lo que pasa. Se han portado bien y han aparentado ser tan normales como es posible y fueron tan dóciles como una mascota. Pero no fue gran cosa al final. Necesitan asesoría sobre cómo hacer que esto tenga menos de ‘hacer el amor’ y más de ‘sexo sucio y degradante’.
Lección 1: No se debe ser demasiado ‘bueno’
Para ellos, ser respetuoso y tratarlas como princesas suena bien en teoría, pero la verdad es que ese acto del hombre sensible con música suave, velas y lágrimas después del sexo, es tan divertido como escucharlo hablar de su infancia. Eso se acepta una vez, no todo el tiempo. En especial eso de las lágrimas.
El sexo para ser satisfactorio, debe dejarlas sudando, con los músculos cansados del ajetreo y el pelo desordenado. Si al terminar ellas están en condiciones de levantarse, ver televisión y pedir algo a domicilio, él no está pasando con buena nota en esto del sexo sucio. Para que sea realmente bueno, tiene que haber algo de degradante, salvaje, degenerado y agotador. Así que muévanse, dejen el romance a un lado y ‘abusen’ de su pareja con todas las de la ley hasta que queden plenamente satisfechos.
Lección 2: Pida lo que quiera (en el momento correcto) y escuche lo que pida
Si quiere que su pareja haga algo que usted desea, no espere obtenerlo gracias a los poderes telepáticos. Deben gritarlo, gemirlo, hacer que se sienta que realmente lo necesitan. Y escuchar con atención cuando pidan que hagan algo (o que dejen de hacerlo).
Si lo que desea parece ser muy sucio para que su pareja lo acepte, solo espere hasta que esté cerca al orgasmo para frenar y pedirlo. Esta técnica sirve para pedir cualquier cosa, así no sea sexual.
Lección 3: Consejos para algunas prácticas comunes
-Palmadas: si ella lo pide, no pregunte y obedezca. Una palmada en las nalgas hace que los músculos del área se contraigan, así que puede ser magnífico en el instante justo. En los senos se puede pasar por alto si la pasión es alta. Abofetearla en la cara mientras la ahorca y le dice: “¡Muere!”, tiene sus aficionados, pero es mejor preguntar antes de hacer eso, no es algo que pueda hacerse de sorpresa porque puede revivir traumas infantiles. No lo haga en el abdomen (donde pueda lastimar órganos internos), ni en la espina dorsal.
-Sexo oral: esta es una transacción mutua. No pida sin ofrecer. No ofrezca sin saber.
-Lenguaje vulgar: si lo hace en un idioma extranjero no suele ser un problema y resulta estimulante (‘Salope’ es la palabra más hermosa que existe en francés si la escucha en esos momentos), pero escoja muy bien el momento para usarlas en su propio idioma, o aprenderá el significado de coitus interruptus. Hay líneas que no deben cruzarse incluso en eso de los insultos. Llamarla “zorra estúpida” y “huérfana” puede herirla, si no se ha acordado el uso de palabras de grueso calibre.
-Tirada de pelo: se hace desde la raíz, no de las puntas. A menos que quiera verla gritar de verdad. Y terminar con un puñado de pelos en la mano. Y víctima de una puñalada mientras duerme.
-Cuerdas y sometimiento: hágalo solo si sabe hacerlo y si ambos están de acuerdo. Si las extremidades comienzan a dormirse, lo están haciendo mal. No olviden tener una seña en caso de emergencia. No obstruyan por mucho tiempo las vías respiratorias. Recuerden soltar a la víctima al final.
-Uso de fluidos corporales: otra cosa que se debe preguntar antes de hacerla. Nunca debe ser de sorpresa. En especial al rostro. Si no se trata de saliva, es aún peor.
-Sexo anal: van a darse cuenta (muy rápido) que es criminalmente placentero, pero es recomendable que al principio no abusen de esta práctica porque puede pasar a ser doloroso. Después de la primera vez, se hace mucho más fácil.
-Asfixia: como se mencionó antes, la asfixia tiene su público, y permitir que alguien le ahorque hasta justo antes de morir para alcanzar un orgasmo es tenerle confianza. Es un fetiche común de ambos sexos. Pero no intente asfixiarse solo mientras se masturba, puede ser mortal. Y su cadáver con la cara de color violeta, los ojos desorbitados y sus manos sosteniendo a su ‘amiguito’ no es algo que quiera dejar como recuerdo a su pareja.
Mordidas y rasguños: si reaccionan mal al primer intento, no insista. Tal vez le puede molestar que le deje marcas.
Lección 4: Grite
Este es el medidor de satisfacción para su pareja. Si siente ganas de gritar, gemir o murmurar, no se contenga. Si no se escucha algún ruido, no sabe si lo está disfrutando. Puede cohibir a su pareja si no lo hace.
Lección 5: No olvide agradecer
Antes de quedar profundamente dormidos, sean educados y den las gracias. Dar un abrazo, un cigarrillo, licor o café no sobra. Un buen beso es aún mejor. O digan algo sucio que se sienta bien. Que lo depravado no te quite lo cortés.
Fuente: DdH