«Vodka Martini, agitado, no revuelto», es una de las frases más conocidas de Bond, James Bond, el espía británico más famoso del mundo.
Sin embargo, el amor del agente 007 por la botella pudo haberlo dejado impotente y a las puertas de la muerte.
Ésta es la conclusión a la que llegaron médicos británicos que analizaron las novelas del personaje creado por Ian Fleming.
Se dieron cuenta que el espía bebió el equivalente a una botella y media de vino al día. Razón por la cual no creen que deba ser el hombre de confianza para, por ejemplo, desactivar una bomba nuclear.
Científicos de Derby y Nottingham se sentaron a leer en sus ratos libres las 14 entregas de este personaje, quizás más conocido por su presencia en la gran pantalla.
Con un libro de notas en la mano, llevaron un registro del consumo diario del espía.
«Sexo seguro»
Excluyendo los 36 días que Bond estuvo en prisión, en un hospital o en un centro de rehabilitación, el agente bebió 1.150 unidades de alcohol en 88 días.
Se tomó unas 92 unidades a la semana, cerca de cinco martinis con vodka al día, cuatro veces la cantidad máxima recomendada en Reino Unido para los hombres.
El estudio publicado en la revista especializada British Medical Journal concluye que «si bien tomamos en consideración las presiones sociales para consumir alcohol cuando se trabaja con terroristas internacionales y jugadores de apuestas altas, recomendaríamos que Bond sea referido a más evaluaciones de su ingesta de alcohol».
«No querrías que esta persona desactive una bomba nuclear», le dice a la BBC Patrick Davies, asesor en cuidados intensivos pediátricos del hospital universitario de Nottingham.
«Es una persona muy glamorosa, conquista a todas las mujeres y eso es totalmente incompatible con el estilo de vida de un alcohólico, que es lo que realmente es».
El especialista agrega que Bond sería clasificado entre los peores bebedores, además de tener un alto riesgo de daños en el hígado, muerte prematura e impotencia.
«Así que es posible que después de todo haya practicado un sexo seguro», afirma Davies.
De Rusia con vodka
Bond también tenía un hábito de «bebe y deja conducir» después de consumir 39 unidades en Casino Royale, para después estrellarse a alta velocidad durante una persecución que lo dejó dos semanas hospitalizado.
En su mayor borrachera, Bond toma 50 unidades en un día en la novela «Desde Rusia con amor». Y sólo 13 días en todas las novelas estuvieron libres de alcohol.
«Es una persona muy glamorosa, conquista a todas las mujeres y eso es totalmente incompatible con el estilo de vida de un alcohólico, que lo es» – Patrick Davies, asesor en cuidados intensivos pediátricos del hospitales universitarios de Nottingham
Al analizar los hábitos de bebida de James Bond en relación con su edad, los científicos determinaron que empieza a beber fuertemente en Casino Royale (1953) antes de empezar a poner su vida en orden de cara a Goldfinger (1959).
No obstante, su ingesta se vuelve a disparar hasta alcanzar 132 unidades a la semana en «Sólo se vive dos veces» (1964).
Los investigadores especulan que se puede deber a la temprana muerte de su esposa, que había ocurrido un años antes en «Al servicio secreto de su majestad».
Los expertos aclararan que, si bien se trata de un estudio superficial que no interfirió en sus trabajos diarios, plantea un importante mensaje sobre el alcohol.
Se estima que, cada año, el consumo excesivo de alcohol les causa la muerte de 2,5 millones de personas al año.
«El nivel de funcionamiento que se muestra en los libros es incompatibles con la funcionalidad física, mental y sexual de alguien que toma tanto alcohol», dicen los médicos.