La influencia europea y toda la visión del arte mexicano que recibió el artista plástico mexicano Félix Parra, se aprecian en las obras que conforman la exposición «Félix Parra (1845-1919). Visionario entre siglos», que se exhibe en el Museo Nacional de Arte (Munal), hasta marzo de 2014.

Arturo Pérez Cerón, guía del espacio museístico, mencionó que Félix Parra hizo su carrera en la Academia de San Carlos y recibió la enseñanza del dibujo académico, todas esas precisiones que había dentro de la preocupación estética de la institución, muy profundo el trabajo plástico, con grandes detalles y resoluciones de la pintura.

«Lo importante de él es que cuando viaja a Francia e Italia conoce algunas de las vanguardias artísticas que se estaban desarrollando allá y posteriormente eso le valió para que lo invitaran a dar clases a México, precisamente en la materia de flora y ornato, eso hace que cambie un poco la manera de proponer sus manifestaciones artísticas», afirmó.

Pérez Cerón destacó que fue un artista que nunca salió de la figuración, un artista que respetó esa parte como estilo, pues llegó a un realismo académico, pero que en la última etapa de su carrera empezó a plasmar experimentos plásticos.

Tales como algunos retratos a manera muy libre o trabajos a lápiz, pero en un sentido de garabateo, lo cual se puede apreciar en algunas piezas de la exposición así como ese proceso que vive desde la Academia de San Carlos cuando fue alumno, su estancia en Europa y su paso como maestro.

Subrayó que la exposición, inaugurada en noviembre pasado, tiene la intención de mostrar a este artista que nació y vivió en el siglo XIX, pero que parte de su obra fue hasta el siglo XX cuando desarrolló obras bien fundamentales para la historia del arte en México.

El guía explicó que la muestra está dividida en dos partes, que se encuentran en las dos salas monotemáticas, con un Félix Parra en el proceso que va desde la Academia, Europa y México, y por otro lado, se cuenta con obras más libres, mucho más personal y de un estilo.

«Es una exposición que consta de más de 300 piezas, porque el Instituto Nacional de Bellas Artes hace una adquisición en 2008 de toda esta gran colección del maestro Parra, que incluye también documentos, fotografías y pinturas, pero lo trascendente de la muestra es que coleccionistas privados prestaron sus obras y esto permite darle un sentido mucho más profundo a la obra de Félix Parra», señaló.

Pérez Cerón subrayó que la búsqueda de Parra iba en función de ser muy realista, como pintar una fotografía a mano y respetaba mucho eso. Sus cromatismos iban mucho a los amarillos, ocres y rojos, colores que le daban cierta seriedad a sus obras.

Respecto a los documentos que se exhiben, el guía del recinto cultural detalló que se encuentran la beca cuando se va a Europa y otros que hablan de la vida del artista, así como cartas y las relaciones que tenía tanto en la Academia y en las embajadas de Francia e Italia, que hacen a Félix Parra un precursor de lo que el arte mexicano buscaba en aquellos años.

La muestra incluye piezas como «Solos» y «Galileo en la Universidad de Padua demostrando las nuevas teorías astronómicas», así como otras en las que se pueden apreciar paisajes, jardines, flores y niños.