Ese periodo de desánimo por el que pasan los trabajadores al regresar a sus trabajos tras las vacaciones, se conoce como la depresión post-vacacional. Aprenda cómo combatirlo.
De nada le servirá lamentarse sin sentido. En lugar de pensar en lo bien que se lo pasó en vacaciones y lo duro y triste que resulta estar de vuelta en el trabajo tómese su primer día de trabajo como una jornada laboral más. No olvide que la vuelta al trabajo no sólo supone una vuelta a las responsabilidades y a las exigencias, sino que también es un reencuentro con los compañeros y amigos. Pregúnteles acerca de sus vacaciones y cuénteles cómo le ha ido a usted también.
Poco a poco:
No espere llegar al trabajo y empezar a trabajar a destajo desde el primer momento, tómese su tiempo para ponerse al día con lo que dejó pendiente antes de irse de vacaciones y de lo que ha ocurrido mientras estaba fuera. Hecho esto, establezca una línea de trabajo y unos objetivos a conseguir en su primera semana de trabajo. Verá que, poco a poco, irá recuperando el ritmo de trabajo al que estabas acostumbrado antes de irse de vacaciones. Si aún así ve que le cuesta acostumbrarte otra vez al trabajo, no desespere, no es el único que está pasando por esta situación. Cuando se quiera dar cuenta ya no sentirá esa sensación de desasosiego cada vez que tenga que ir a trabajar.
Nuevo objetivos:
Volver al trabajo y caer en la desdicha de que aún le quedan muchos meses para las próximas vacaciones es un error que sólo hará que se deprima aún más. Piense que puede aprovechar los fines de semana, que el calendario laboral está poblado de días festivos y que puede que incluso que quede algún que otro día libre por disfrutar. Márquese proyectos y metas que alcanzar a través del trabajo, hará que acuda a su puesto de trabajo con la ilusión propia de quien persigue un sueño.
Año nuevo, cosas nuevas:
Un jefe despótico, un compañero al que no soporta, una silla sobre la que sentarse que te destroza la espalda, etc. Aún si se tiene la inmensa suerte de estar enamorado de su trabajo siempre habrá cosas que no sean de su agrado. Si este es su caso, póngase manos a la obra para cambiar aquello que no le gusta. Nadie le garantiza que lo vaya a conseguir, pero por lo menos quedará la satisfacción de haberlo intentado. Se sentirá mucho más implicado en su trabajo, y ello hará que la vuelta al mismo no se haga tan costosa.
Adopte una mentalidad positiva:
Éste puede que sea el paso más importante de todos. Acepte la realidad, acepte el hecho de que ya ha tenido su tiempo para descansar y de que ahora toca trabajar. Piense en que hay muchas personas que no tienen la suerte de tener un puesto de trabajo esperándoles a la vuelta de las vacaciones. Afronte las responsabilidades con una sonrisa. Sonriendo no sólo será feliz, sino que además hará más felices a los que lo rodean y creará un mejor ambiente de trabajo.