Si usted tiene la suerte de estar en la playa, puede interesarle saber cómo protegerse de una de las mayores amenazas para los bañistas incautos: las corrientes de resaca.

Rob BranderRob Brander es experto en corrientes de resaca.

Estas corrientes son canales estrechos y poderosos que arrastran a los desprevenidos lejos de la costa y que, a veces, se mueven más rápido que un nadador olímpico.

“Funcionan en las playas de surf, ya que las olas que rompen traen agua hacia la costa”, dice Rob Brander, experto en geomorfología de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia.

Brander, que estudia la manera en que el océano interactúa con la tierra, explica que el agua que traen las olas se va acumulando y la gran mayoría de las corrientes de resaca se ocupan de devolver el agua al mar.

Pero a veces, advierte Brander, el lugar exacto donde fluye la corriente parece el lugar más seguro para nadar, ya que allí no rompen las olas y esa es la razón por la que mucha gente se ve arrastrada mar adentro. Allí, en un espacio de agua aparentemente tranquila, se mueve la resaca.

“La corriente es como un río y te lleva lejos”, afirma el científico.

Para mostrar la dimensión de esta amenaza, Brander propone un experimento simple y gráfico: en Tamarama, en Sidney, una de las playas más peligrosas de Australia, el investigador se mete con el agua a la altura del pecho y vierte un balde de una tintura inofensiva, como puede verse en el video de la derecha.

En pocos segundos, la mancha de color púrpura se expande y sigue la corriente hacia el mar. Tras un minuto, el rastro oscuro ha viajado hasta 100 metros.

“Tamarama atrapa a todo el mundo. Todos los habitantes locales tienen una historia sobre cómo fueron atrapados por la corriente y los turistas realmente no conocen el poder del océano”, dice Chris Chapman, guardavidas del municipio de Waverley, que vigila algunas de las playas más populares en Australia.

Mejor prevenir que rescatar

Durante los meses cálidos, en Tamarama –una playa muy popular entre los surfistas– la corriente atrapa a alrededor de 100 bañistas por semana.

“Hay grandes rescates que son peligrosos para nosotros. Tratamos de evitar que la gente se meta en problemas”, dice el guardavidas.

Australia tiene 11.000 playas, pero se estima que alrededor de la costa se mueven 17.500 corrientes de resaca.

Una encuesta reciente mostró que la mitad de los australianos no sabe cómo divisar las peligrosas corrientes o qué hacer si se ven atrapados en una de ellas.

Las más comunes acechan bajo el agua oscura y de apariencia tranquila que fluye entre las olas.

Según un estudio de la Universidad de Nueva Gales de Sur, estas corrientes se llevan 21 vidas al año en Australia, más que incendios forestales, ciclones, inundaciones y ataques de tiburones combinados.

Autocontrol

OlasNo mucha gente es consciente del peligro de las corrientes.

Aquellos que han sobrevivido a un encuentro cercano con las peligrosas corrientes recuerdan lo terrorífico de la experiencia.

“Comencé a tener miedo. El único consejo que pude recordar fue que debía nadar en paralelo a la costa. No parecía tener efecto y nadé con tanta fuerza como pude pero me quedé sin aliento”, cuenta Scott Clements, quien fue arrastrado mar adentro mientras nadaba con su pareja.

Al final, consiguió nadar de vuelta a la playa, pero el drama no había acabado.

“Una vez que salí, prácticamente colapsé. Pero en ese momento exacto la corriente arrastró a mi novia. Podía ver esa mirada de terror en su rostro”, recuerda Clements.

Clements y su novia sobrevivieron y evitaron la tragedia, pero por poco.

“Las personas (atrapadas por la corriente) están fuera de control, no pueden tocar nada, no pueden aferrarse a nada. Así que intentan nadar hacia la playa, muchas veces contra la corriente, se agotan, no lo logran, y entran en pánico”, dice Rob Brander.

Por lo tanto, el consejo para quienes se ven arrastrados por flujos rápidos de agua es tratar de mantener la calma, flotar con la corriente y hacer señales de auxilio.

La diferencia entre la vida y la muerte puede estar en los momentos de claridad y autocontrol en medio de una vorágine de agua y miedo.

(BBC)