Si todos en el mundo de negocios conocen el dilema del innovador – cómo funciona, qué tan seguido acaba con empresas grandes y exitosas – entonces, ¿por qué sigue siendo tan difícil de evitar para líderes de empresas?

Clayton Christensen, de Harvard, publicó El Dilema del Innovador (The Innovator’s Dilemma) hace 17 años y aún vemos las empresas caer en los mismos problemas sin poder hacer nada al respecto.

El ejemplo más reciente es la industria de madera terciada de EUA. Los productores de madera terciada estaban sufriendo por la competencia de China que importa el mismo producto a un precio significantemente menor, así que se unieron y pidieron a la Comisión de comercio Internacional (ITC) de EUA que declarará que los productores chinos estaban vendiendo un producto en EUA a un precio “menor que el justo” para ponerle un fin. La ITC rechazó la petición en noviembre.

Los productores de madera terciada dicen que tuvieron que eliminar 25,000 empleos en los últimos cuatro años, en parte por la competencia de China.

Lo que pasó en realidad con la industria se describe por un comentario de un ejecutivo citado en un articulo de USA Today: “China entró con un precio bajo, calidad baja de entrada, luego mejoraron y siguieron mejorando hasta subir por la cadena alimenticia.”

Así es precisamente cómo funciona el dilema del innovador. Como muestra Christensen, empresas grandes y exitosas frecuentemente ceden el fondo del mercado a nuevos competidores para hacer productos de baja calidad porque esos productos a menudo generan el margen de ganancia más bajo. Al dejar a un lado esas categorías, las empresas grandes aumentan su margen general de ganancias. La empresa menor competitiva consigue economías a escala mientras que buscan formas innovadoras para competir con la siguiente categoría más alta. Las empresas grandes también podrán liberarse de esa categoría porque así puede seguir aumentando su margen de ganancia general.

Osea que las empresas pequeñas siguen creciendo y mejorando para subir en la cadena alimenticia mientras que las grandes empresas – en este caso los productores de madera terciada – no suelen darse cuenta hasta que se encuentran en un grave problema.

Christensen demostró hace 17 años cómo esta misma situación funcionaba con productores de acero, equipo de construcción y muchas otras industrias. Describió cómo ejecutivos exitosos e inteligentes caen en la trampa. Sin embargo, no hay evidencias que sugieren que gerentes han mejorado ni un poco para evitar uno de los mayores problemas para una empresa.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.