Exporté aguacate de Michoacán a Francia hace algunos años, por lo que mantengo contacto con algunos productores del estado. He aquí la conversación que escucharon algunos de ellos hace unas semanas en uno de los pueblos tomados ya por las autodefensas del estado.
-Decidimos ayer por la noche tomar carretera, tomar monte. Agarrar fusil cualquiera corto o largo y salirnos a cazar templarios. Si no lo hacemos nosotros, estos finalmente nos van a matar a todos.
-El corrupto gobierno estatal no hace nada y al gobierno federal le importamos menos que una chingada. Desde Luis Echeverría, desde que éramos chamacos a la fecha, cada día más pobres, cada día mas jodidos.
– Es como antes de la revolución, nada más que en vez de hacendados, ora, son empresarios de las drogas. ¿Cómo Pancho Villa, Estanislao?
-¡Como Pancho Villa!, Aurelio,
-Ya se adueñaron de todo. Se roban las ganancias del limón, le piden cuota a los comerciantes, se llevan a nuestros hijos, violan a las mujeres, amenazan a los curas y someten a los presidentes municipales en todo el estado.
– ¿Y las armas de donde, Luis?
– ¿Con los pocos fusiles viejos que tengámos, emboscamos a unos cuantos y así nos vamos, les quitamos los mentados cuernos de chivo y poco a poco nos armamos.
– Yo prefiero que la cosecha se use para comprar parque, que seguir de esclavo de estos pinches cabrones. Que me maten, que me chinguen pero finalmente hagamos algo. El gobierno no va a hacer nada, acuérdense todas las promesas, todos los engaños.
– Todos tenemos un pariente, un compadre, un amigo muerto. Todos conocemos a alguien en otro pueblo michoacano dispuesto a pelear.
– ¿Cómo Pancho Villa, Estanislao?
– ¡Como Pancho Villa!, Aurelio!
– ¿Y los medios, dirán la verdad?
– Sabrá Dios. Pero hoy los celulares, el internet, el tuiter y el facebuk, están de nuestro lado. Ya no es como antes, ora, ya las cosas se saben luego, luego.
– Pues mira todo el país está hasta la madre, del PRI, del PAN, del PRD, de tanto abuso, de tanto pinche robo. Y te aseguro que en muchos estados esta igual o peor, es cuestión de unirnos, es cuestión de no dejarnos. Y si mandaran al ejército… pos que nos maten a todos, finalmente desde hace años que en este país la vida ya no vale nada.
.- ¿Cómo Pancho Villa, Estanislao?
– ¡Como Pancho Villa!, Aurelio!
Semanas después, la conversación se ha hecho realidad. ¿Cuánta gente está harta, cuanta gente está cansada? Me preocupa suponer que posiblemente estas conversaciones en estos momentos están ocurriendo en otros pueblos, en muchos estados de nuestro país.
Para Reflexionar
Alfonso del Valle Azcué