Sus ojos, que brillan con especial intensidad en la oscuridad de su nido, espantan a los intrusos.
Es el recurso secreto de las grajillas –unas aves de plumaje oscuro de la misma familia que los cuervos–, cuyos llamativos ojos blancos y azules les ayudan a defender sus nidos.
A esta conclusión llegaron los investigadores de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, que publicaron sus hallazgos en la revista especializada Biology Letters de la Real Sociedad británica.
Los científicos observaron que las aves de esta especie evitaban los nidos cuando veían dentro de ellos los ojos de otra grajilla.
Según los expertos, esta es la primera evidencia que sugiere que los ojos pueden actuar como señales en el mundo de las aves.
Las grajillas pertenecen a la familia de los córvidos, que incluye a cuervos y urracas, y son famosos por su inteligencia.
El iris de color azul pálido y blanco de sus ojos contrasta con el oscuro plumaje que los cubre desde la cola a la cabeza.
Y a diferencia de la mayoría de los otros córvidos, las grajillas anidan en cavidades que suponen un recurso limitado. Por eso la competencia por los nidos puede ser intensa.
Gabrielle Davidson, autora de este trabajo, estudió más de 100 ponederos de grajilla construidos alrededor del pueblo de Madingley como parte del Proyecto Grajilla de Cambridge.
«He visto cómo brillan esos ojos en la oscuridad de las cavidades, y cuando tienen conflictos en el nido los he visto enseñar esos ojos», contó Davidson para explicar lo que inspiró su trabajo.
Para entender cómo las aves reaccionan a los ojos de otros individuos, la experta diseñó un experimento que mostraba una de cuatro imágenes circulares del tamaño de la cabeza de una grajilla en la abertura de entrada de cada nido.
La imagen podía mostrar sólo un círculo negro, unos ojos brillantes sobre un fondo oscuro, el primer plano de una grajilla con ojos relumbrantes o el rostro de una estas aves con los ojos opacados.
Davidson observó que cuando las aves se aproximaban al nido y veían la imagen de una grajilla con ojos brillantes, se acercaban menos a la entrada y se posaban menos alrededor del ponedero.
El fenómeno del uso de los ojos de las aves como una forma de señal ha sido poco estudiado porque raramente ocurre.
Según Davidson, sólo el 10% de las aves paseriformes o cantoras tiene ojos de colores brillantes en lugar de marrón o negro.
«Realmente no sabemos por qué algunas especies tienen ojos amarillos o azules y otras no. Hay mucho más para explorar sobre por qué pueden haber desarrollado estos ojos de colores brillantes», dijo la investigadora.