No es nuevo que un proyecto inmobiliario se tropiece con un hallazgo arqueológico que pone en vilo los planes del constructor. Pero esta vez no hablamos de ciudades tan ricas en ese aspecto como Atenas, Londres o Roma, sino del centro financiero de Miami.
Entre modernos rascacielos acristalados, un grupo de arqueólogos descubrió restos de una ciudadela que atribuyen a la etnia precolombina local tequesta y que podrían datar de hasta el 2000 aC.
Aseguran que es el asentamiento humano preservado más antiguo del este de Norteamérica.
El lugar parece un solar cualquiera, uno de los pocos sin construir en una de las zonas más lujosas de Miami. Cubierto por una valla no muy alta, se puede ver a tres personas trabajando y alguna excavadora aparcada.
Pero los trabajadores no son albañiles sino arqueólogos.
Algo sorprendente en una ciudad que fue fundada a finales del siglo XIX. Es más, Miami, la más joven de las grandes urbes de EE.UU., no despegó hasta comienzos del siglo XX con la llegada del ferrocarril.
Una inversión de cientos de millones de dólares hecha por los promotores inmobiliarios pende ahora de la decisión de las autoridades. El debate está servido entre el derecho a la propiedad privada de los constructores y la conservación del legado histórico arqueológico.
“Extraordinario”
El arqueólogo Robert Carr, encargado del proyecto, contó que se trata de un descubrimiento “inusual y sin precedentes en América del Norte porque está preservado intacto, con los huecos cortados en la roca, que es muy dura”.
En el lugar hallaron una serie de ocho círculos concéntricos llenos de huecos tallados en la piedra por los nativos tequesta.
El primero se descubrió poco después de los inicios de los trabajos en 2005, cuando se desenterró la mitad de uno de los círculos. En 2012, se retomaron las excavaciones y han seguido hasta la fecha.
Además de los huecos horadados en la roca, se encontraron unos trazos lineares que suponen servían como senderos de conexión entre los círculos.
“Nos da una visión muy dramática de cómo era el asentamiento, no es algo que vaya a ser erosionado. La madera ya no está, pero el registro de los huecos está muy bien preservado”, explicó Carr, que se declara independiente aunque fue contratado por el promotor inmobiliario para cumplir con el requisito legal de la exploración arqueológica previa a la construcción.
“Parece que el propósito de los huecos era colocar postes de madera para sostener estructuras en lo que creemos era una aldea. Una de las pruebas del carbono 14 nos dio que data del año 600 a.C. Pero hay mucha información que todavía necesitamos procesar”, dijo.
La parcela tiene delante el lujoso hotel Marriott en el que se hospedan los jugadores de la NBA cuando se enfrentan a los Heat de Miami -dicen que es porque es el que dispone de camas más grandes- y en los alrededores hay restaurantes de lujo en los que no es raro ver a famosos de la farándula miamense.
Se trata de lo último que queda por levantar de un proyecto inmobiliario a gran escala. El portavoz de la promotora Grupo MDM, el abogado Gene Starns, aseguró que son cientos de millones de dólares los que penden de que siga adelante la construcción.
Allí piensan construir un muliticine, restaurantes y una torre de apartamentos, la cuarta fase de un proyecto llamado Met Miami en el que están los ya concluidos Marriott, un edificio de oficinas y otro de viviendas sobre la bahía de Biscayne.
El portavoz de la constructora inmobiliaria señaló que la empresa ha hecho todo lo posible para asegurar la investigación arqueológica en el lugar, e incluso ha invertido US$3 millones.
“Ahora estamos en un punto en que lo que se puede saber, ya se sabe, y el promotor no puede volver a modificar el proyecto y por tanto quiere seguir adelante con sus planes”, afirmó Starns.
Propiedad privada
El debate recuerda a la polémica suscitada con un círculo prehistórico similar que fue descubierto a finales del siglo pasado, también en pleno proyecto urbanístico.
Entonces se desató una intensa discusión, alguna protesta y el asunto terminó con la expropiación del terreno a cambio de US$27 millones.
El lugar se convirtió en un parque con el círculo a modo de monumento -lo que ahora se conoce como Miami Circle- algo que en esta ocasión quiere evitar el promotor del lugar.
Para el arqueólogo Carr, el mejor escenario “sería preservar parte del lugar, lo que puede hacerse con un rediseño que permita seguir con la promoción y que ofrezca acceso abierto al lugar para el público, algo que ya se ha hecho muchas veces en Europa y otras parte de EE.UU., aunque no en Florida”.
“Lo que espera el promotor es poder seguir adelante con el plan de construcción, que ya ha sido sustancialmente modificado para adaptarse al respeto del asentamiento tequesta”, comentó Starns.
En ese sentido, buscan que uno de los círculos sea físicamente removido y se coloque en un área abierta el público, una plaza en la que quieren recrear un modelo de asentamiento. El problema para el arqueólogo es que si es sacado de su ubicación original ya no calificaría para el Registro Nacional de Lugares Históricos.
En el debate, el abogado considera que es dudoso que, con lo costoso que resultó el Miami Circle, una iniciativa similiar vuelva a contar con el apoyo del gran público.
“En Miami hay un enorme respeto al derecho de propiedad. Muchos en esta comunidad son originarios de Cuba y otros países de América Latina donde la propiedad privada es simplemente arrebatada”, recordó.
Así, el dilema de la Alcaldía está servido entre revistar los permisos de construcción para cambiar el diseño y preservar el prehistórico asentamiento.