La obra escultórica del artista coreano Dongwook Lee está impregnada de horror y curiosidad en múltiples niveles. Lee esculpe el cuerpo humano desnudo y en miniaturas donde condensa una ilusión hiperreal y surrealista que atrae a quien las mira a leer los cuerpos como si fueran objetos.
Sus esculturas tienen una constante: la tensión emocional. Algunas están metidas en una jeringa y otras en latas; los cuerpos en atmósferas angustiantes; la oposición entre lo cotidiano y lo grotesco; la realidad constantemente interrumpida y cuestionada por una ilusión fantástica.