Es una mujer rubia, común y corriernte, que mira fijamente a la cámara, pero que cuando comienza a hablar, a los susurros, se transforma todo, como si se iniciara un viaje. La primera percepción es en los brazos: caen vencidos por los silbiditos verbales de la rubia.
«Este video está enteramente dedicado para su reláx», masculla con dulzura.
Después, mientras la mujer avanza en su relato, viene el colapso general debido a un leve cosquilleo que se va expandiendo desde la parte posterior de la cabeza, desciende por la columna vertebral y finaliza en las piernas. Una sensación tan placentera que uno quiere repetir una y otra vez.
Esos susurros han causado que el canal de You Tube «Gentle Whispering» -donde se puede apreciar a la mujer rubia murmurando palabras-, tenga la impresionante cifra de 50 millones de visitas y se esté convirtiendo en una tendencia virtual. De ellos, algunos son nuevos, pero la mayoría son repitentes en busca de ese «hormigueo» de placer que produce María, la mujer rubia frente a la cámara.
«Recuerdo que cuando estaba en el preescolar mis amigos me pasaban sus manos por mis brazos y yo sentía el ‘hormigueo’ en mi cabeza. Fue la sensación más emocionante del mundo», relató María.
A esa sensación, que muchos logran sentir en el cuero cabelludo, algunas usuarios le cambiaron el nombre: pasó de llamarse «hormigueo» a Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (ASMR, por sus siglas en inglés) u «orgasmo cerebral» y, al parecer, es un síndrome que «padecen» miles de personas alrededor del mundo.
¿Qué es ASMR?
Pero el video no es solo la voz de María. Después del saludo de bienvenida, ella pasa a otra categoría de estímulos sonoros como la vibración de un cepillo mientras recorre las cerdas con sus dedos o el jugueteo con unas plumas de cisne e invita a que los espectadores repitan sus acciones.
La interactividad, entonces, produce un cosquilleo interminable.
Las sensaciones se replican. Sin embargo, al analizar la literatura sobre el ASMR, parece no ser una cuestión admitida por la comunidad científica.
«El principio de los videos a aprovecharse del sonido de las palabras para producir una sensación de placer. No está actuando el sentido de la palabra como estimulador, sino su sonido, su modo de escucharse lo que produce ese cosquilleo», explica Steven Novella, neurocientífico de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
Sin embargo, para muchas personas que se haya pasado de sentir un hormigueo a llamarlo como un síndrome médico que sufren algunas personas parece un poco exagerado. Para otros, que millones de personas hayan documentado sus sensaciones a través de los videos, es una evidencia de que el ASMR es algo real.
«No existe hasta ahora nada dentro de la ciencia parecido en que se pueda clasificar este estímulo-reacción como algo neurológico», dice Novella.
estará listo en 2015.
Documental sobre doblar toallas
Por supuesto, los videos de María –quien se autoproclama como una artista del ASMR- es la culminación virtual de un grupo disperso de personas que nunca se había visto unida bajo un mismo concepto.
Eso sí, los videos, a pesar de su apariencia inicial, están lejos de ser una experiencia erótica. Por ejemplo, en uno de los videos, María, la rubia susurrante, se pasa 20 minutos doblando toallas. Y la gente enloquece con eso.
«Desde que salió por primera vez no he dejado de sentir escalofríos. Es tan increíble», se puede leer en un comentario dejado en su cuenta de YouTube.
Lo cierto es que a partir de esos comentarios, la realizadora canadiense Lindsay Ragone decidió hacer un documental sobre el efecto que producían estos videos en las personas.
Y lo que se encontró fue una sorpresa.
«Mucha gente afirmaba que los videos les habían ayudado con sus problemas de sueño, ansiedad, y hasta algunos que los había sacado de la depresión», dice Ragone.
Entonces se encaminó en filmar un documental con las experiencias de los beneficiados y lo bautizó «Braingasm» («Orgasmo cerebral»). Durante varios meses se entrevistó con varios de ellos, mientras observaban los videos como si fuera una terapia.
«Lo que hallé es que las personas encontraron una forma de compartir sus dolencias, en algo que creen que les puede ayudar a mejorar su vida», explica.
Actualmente el documental se encuentra en proceso de producción y Ragone afirma que estará listo para 2015.