El repartidor de pizza en el Oscar, además de una propina de mil dólares, ahorró para su empresa unos 10 millones de dólares por publicidad.
Edgar Martirosyan pasó del anonimato a ser tratado casi como celebridad por sus empleados, ya que desde el lunes ha sido agobiado por medios del espectáculo.
Martirosyan fue el repartidor de pizza que ingresó en un segmento de la ceremonia del domingo pasado por la conductora Ellen DeGeneres.
En un momento que rompió con la seriedad del encuentro, DeGeneres y Martirosyan repartieron pizza a celebridades de Hollywood.
Aquí el repartidor con sus tres cajas de pizza se vio enfrente de figuras como Harrison Ford, Brad Pitt y Julia Roberts, a quienes ofreció una rebanada.
Después de su asistencia, Martirosyan, de origen armenio, compartió que la actriz le dio una propina de mil dólares.
El dinero le fue entregado por DeGeneres al repartir de pizza ayer lunes, cuando lo invitó a aparecer en su programa “The Ellen show”, en donde recreó esa misma escena.
La propina, explicó DeGeneres, “fue parte de lo que recogí cuando pasé el sombrero. Pharrell (Williams) me dio 600 dólares y yo completé los mil”.
Martirosyan es co-propietario en el bulevard Sunset de una de las 20 sucursales de la pizzería “Big Mama’s and Papa’s”.
De haber contratado publicidad, la compañía habría tenido que pagar unos 10 millones de dólares por lo que representó la difusión de la firma.
Inicialmente, Martirosyan había recibido la petición de llevar pizzas al Teatro Dolby, pero él pensó que sería para empleados de la ceremonia.
Al llegar, el personal le pidió que esperara un momento. Poco después fue escoltado por DeGeneres y sin más se vio en la parte delantera del teatro.
El repartidor contó que la actriz y conductora al recibirlo sólo le dijo: “‘¡Sígueme!’, y él cumplió sin chistar, pero se impactó al ver al público.
Después del suceso, empleados de la pizzería tuvieron que suspender órdenes de forma temporal en su sitio de Internet porque se vieron saturados.