Participaron en actividades de dudosa legalidad durante su juventud, pero gracias a esas experiencias y a su curiosidad han llegado a ser los hombres más ricos del mundo. Bill Gates, Paull Allen o Mark Zuckerberg son sólo algunos nombres de antiguos exhackers que crearon su propia fortuna gracias al ingenio. ¿Quieres conocer su historia?
Cuando Bill Gates (76.000 millones de dólares) y Paull Allen (15.900 millones de dólares), fundadores de Microsoft, eran unos adolescentes fueron sorprendidos mientras accedían sin autorización a una cuenta administradora de Computer Center Corporation.
Algo parecido hizo Mark Zuckerberg (28.500 millones de dólares) hace diez años, pero con su propia empresa. El fundador de Facebook utilizó los registros de TheFacebook.com para conseguir las cuentas de correo personales de varios reporteros de Harvard Crimson.
Uno de los casos más importantes, admitido por el propio protagonista, es el de Jan Koum (6.800 millones de dólares). Su fortuna se disparó hace un mes cuando su startup Whatsapp fue adquirida por Facebook, convirtiéndole así en uno de los hombres más ricos del mundo. Sin embargo, sus comienzos poco tuvieron que ver con grandes sumas de dinero. Comenzó a tontear con la tecnología cuando era un inmigrante ucraniano adolescente que vivía en California y dedicaba su tiempo libre a ver la película Hackers y a usar su wardialer, una máquina que busca conexiones abiertas a través de un módem para conectarse a ellas. Ya en los años 90 se convirtió en uno de los miembros del grupo de hackers “w00w00”, del cual también formaba parte Sean Parker (6.300 millones de dólares).
Jack Dorsey (2.200 millones de dólares) fue más astuto. El cofundador de Twitter logró su primer empleo accediendo a la red de la empresa de mensajería en la que quería trabajar para demostrar así la falta de seguridad que ésta tenía.