Hay muchas maneras diferentes en que los artistas y los municipios pueden trabajar juntos para decorar sus ciudades, pero parece que en Japón tuvieron una solución inesperada, creativa y ciertamente atractiva para decorar las tapas de coladera.
Todo comenzó en los años 80, cuando Japón modernizó la infraestructura de aguas residuales en las zonas más rurales. A un trabajador se le ocurrió dar a las ciudades la oportunidad de decorar sus pozos de registro y mostrar su orgullo local.
Cada municipio se enorgullece de su diseño, que puede mostrar cualquier cosa, desde los símbolos municipales y paisajes locales hasta patrones abstractos o ilustraciones de leyendas locales.