Muchas de las personas que intentar bajar de peso no son conscientes de su consumo alimenticio ni de la desproporción entre las calorías que ingieren y lo que gastan de energía, por lo que adelgazar llega a resultar más que imposible.
Si no eres capaz de responder qué significa comer bien o no eres consciente de tus hábitos, aquí te compartimos algunas claves para saber si tu ingesta de alimentos está por encima de lo que debería.
De esta forma, el también columnista y escritor se plantea diez cuestiones con el objetivo de que el lector reconsidere hasta qué punto se alimenta de forma inadecuada.
1. ¿Piensas racionalmente cuando comes alimentos con excesiva grasa?
El autoengaño es uno de los primeros problemas que deben afrontar aquellas personas que no comen adecuadamente e ingieren cantidades innecesarias de alimentos ricos en grasas y carbohidratos. Por ejemplo, en muchas ocasiones, se siente el impulso de comer en cualquier restaurante de comida rápida debido al cansancio y el agotamiento que acompaña al fin de la jornada laboral. Resulta más placentero ingerir algo rápido y poco saludable que esperar a llegar a casa y cocinar algo sano.
La autojustificación es otro problema que favorece el mal hábito de comer alimentos ricos en grasas y carbohidratos, con argumentos tales como “por una vez no pasa nada”, o “sólo hoy, mañana ya empiezo a comer saludable”.
2. ¿Te olvidas de portarte bien?
En ocasiones, nos sentamos a la mesa con la mejor de las intenciones en lo que respecta a lo que vamos y no vamos a ingerir. Sin embargo, en el momento de ordenar o servirnos nosotros mismos los alimentos en el plato, todos esos buenos propósitos se quedan en nada: o nos servimos de más, o dejamos que nuestros ojos sean los que pidan por nosotros.
3. ¿Cuentas con refuerzo positivo suficiente?
Resulta imprescindible ser benévolo con uno mismo y felicitarnos de los logros que vamos alcanzando en lo que respecta a llevar una dieta sana y una vida saludable.
4. ¿Comes demasiado rápido?
El problema de ingerir a una velocidad excesivamente rápida los alimentos recae en que, en la mayoría de veces, no somos conscientes de todas las calorías que hemos ingerido en esa “carrera” que nosotros mismos nos imponemos a la hora de comer y hasta que quedamos satisfechos. Por otro lado, esta actitud provoca que tardemos más en llenarnos, por lo que el consumo de alimentos se ve incrementado.
5. ¿Tratas a la comida como un premio, incluso cuando no tienes hambre?
Los alimentos se convierten para muchas personas, incluido el propio Nemko, en una recompensa; en una forma de premiarnos, sin importar demasiado el motivo. De hecho, esta actitud se repite incluso cuando no sentimos hambre; lo adoptamos como un hábito.
Para evitar este tipo de actos, hay que encontrar otra forma de gratificación que nos cree tanto placer como los alimentos que solemos consumir para premiarnos.
6. ¿Sufres del síndrome de “terminar el plato”?
Si eres una de esas personas incapaz de dejar algo en el plato y, por convicción, te terminas todo lo que en él hayas servido, aún cuando ya estás satisfecho, es importante entender que este es uno de los hábitos más nocivos en el objetivo de llevar una alimentación sana y no comer de más. Par ano malgastar, ni tirar la comida, esta puede guardarse o congelarse para ser ingerida en la próxima comida.
7. ¿Mantienes alimentos tentadores en casa?
Conocer cuál es esa comida a la que, en ningún caso, podemos decir que no y siempre acaba tentándonos permite poner una solución fácil y efectiva al problema de los atracones: evitar comprarlo y almacenarlo en casa.
8. ¿Eres consciente de tus momentos del día débiles?
Existen momentos del día que nos hacen relajarnos más de la cuenta con la dieta y con el compromiso de comer sano y no permitir que los atracones nos superen. Siendo consciente de cuando es más fácil que nuestras fuerzas decaigan, nos permite estar más alerta e intentar modificar el comportamiento impulsivo de comer.
9. ¿Necesitas el apoyo de los demás?
Si es el caso, hacer participes a las personas queridas que nos rodean de cuál es nuestra situación con la comida y de nuestra intención de llevar un régimen alimenticio sano puede ayudar a obtener esa fuerza extra que necesitamos para comer lo que debemos.
10. ¿Olvidas el motivo por el que quieres perder peso?
Tener en mente el objetivo final de la pérdida de peso o el por qué queremos mantener una dieta saludable puede ayudarnos y motivarnos para alcanzar esa meta final día a día. Eso sí, no hay que desesperar si algún día se falla en el intento.