El árbitro brasileño de la Copa Mundial de 1990, Jose Roberto Wright, ya ha tenido suficiente con las faltas durante este Mundial. Ha visto venir lo peor desde la primera etapa de la Copa. Wright, un árbitro brasileño retirado que estaba a cargo del final entre Alemania y Argentina en 1990 ha estado escribiendo una columna en un periódico, Lance!, que las faltas pueden llegar a lesiones.
Aunque Wirght apruebe de Marco Antonio Rodriguez por el partido entre Brasil y Alemania en la seminfinal este martes – es experimentado y no es un árbitro que permite que las fallas continúen – sus advertencias han pasado sin notar.
Primero estaba el tobillo roto de Eddy Onazi causado por una embestida de parte de Blaise Matuidi en un partido de la segunda etapa. El entrenador de Nigeria, Stephen Keshi, también estaba molesto por una falta sin consecuencias donde un jugador le pegó con su codo a otro enfrente del árbitro. Luego cayó Neymar y quedará fuera del resto del torneo con una vertebra fracturada después de ser golpeado por la rodilla de otro jugador en la espalda.
Ambas de estas faltas fueron presenciadas por los árbitros pero fueron permitidos. La falta de amonestación más sorprendente hasta ahora fue la mordida de Luis Suarez.
El entrenador de Brasil, Luiz Felipe Scolari, dice que los árbitros “no ven” muchas cosas pero que sus asistentes ayudan. Luego el entrenador de Alemania, Joachim Löw también se quejó de la cantidad de fallas que pasan sin verse por los árbitros.
En todos los casos, los presuntos fouleros dicen que no tuvieron malas intenciones y que las lesiones no fueron intencionales. Esto puede ser creíble ya que la mayoría de las faltas cometidas fueron porque el atacante no tenía el control.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.