China y Estados Unidos, principales contaminantes en el mundo, deben asumir un mayor compromiso para alcanzar un pacto global de reducción de emisiones a firmarse en 2015.

La reciente conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Varsovia es “un pasito, ni éxito ni fracaso”, con algunos avances para que en 2015 en París se llegue al acuerdo que sustituya al incompleto Protocolo de Kioto.

El objetivo es que a final del siglo la temperatura media no aumente más de dos grados centígrados, y para ello las cuestiones de dinero volvieron a generar discusiones sin fin, así como las diferencias entre ricos y países en vías de desarrollo.

Ambos aspectos (dinero y nivel de desarrollo) se deben abandonar de estas discusiones ya que “lo que determinará el éxito o el fracaso de todos ante un desafío tan colosal es la voluntad política y la capacidad de concertación global”.

Por ello, la necesidad de que los gobiernos de China y Estados Unidos, que juntos representan el 41 por ciento del total de emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo.

Sin embargo, otros retos pendientes son la capitalización del Fondo Verde Climático con 100 mil millones de dólares para el 2020.

 Además, sobre la mesa está el “Mecanismo de Daños y Pérdidas”, para que en tanto se intensifica la reducción de emisiones bajo un acuerdo internacional, los países que sufren sucesos extremos del clima reciban compensaciones.

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