La privacidad online es un tema que ha preocupado a millones de personas a lo largo de la historia de Internet. Cada vez que aparecen nuevos medios o plataformas, se abren interrogantes acerca de si la privacidad de los usuarios quedará expuesta, especialmente cuando se trata de información de niños y adolescentes. Sin embargo, para sorpresa de muchos, los más jóvenes afirman confiar en su capacidad de proteger su privacidad en la web. Así lo demuestra un estudio de Pew Research Center’s Internet & American Life Project publicado en junio de 2013.
Las nuevas plataformas en Internet animan a sus usuarios a ser cada día más abiertos y compartir sus sentimientos, pensamientos y hasta su ubicación geográfica. Cada día hay más redes sociales y aplicaciones móviles y gente que les da vida. A las tradicionales, que alentaban a compartir fotos y texto, se suman otras como Foursquare que comparten incluso la ubicación en la que se encuentran. Sin embargo, en contra de lo que podría pensarse, y según el estudio de Pew, la mayoría de los jóvenes no tiene un perfil completamente público en las redes sociales, e intenta no compartir información sensible.
Los datos relevados indican que la mayor parte de los jóvenes de entre 12 y 17 años resguardan su información de los extraños. Casi 70% de los adolescentes afirma no aceptar en las redes sociales contactos de quienes no conoce en persona, y sólo un 14% de los adolescentes tiene un perfil de Facebook completamente público. Los tweets, al contrario, suelen no estar restringidos, pero su contenido no suele ser tan privado.
Esta información deja en evidencia que los jóvenes son conscientes respecto a lo que publican en los Social Media. Esto puede deberse a que, como miembros de una generación que creció con Internet y siempre tuvo contacto con las nuevas tecnologías en su vida cotidiana, los adolescentes están mejor equipados para comprender el funcionamiento de las nuevas plataformas y adoptar formas seguras de comportarse en ellas.
Tal vez los jóvenes detecten mejor que nadie hacia dónde se dirige el futuro de la tecnología. En contraste con los adultos, que se muestran preocupados porque terceros puedan ver su comportamiento o información en las redes, o que estos datos puedan utilizarse para hacerles llegar publicidad, los jóvenes no parecen inmutarse por estas cosas.
Sin embargo, afirmaron tener consciencia de que la publicación de cierta información sensible podía traer problemas a su familia o a ellos mismos e incluso perjudicarlos en la escuela. Sólo el 4% dijo haber publicado algo que le trajera problemas de este tipo.
En este sentido, los adolescentes entienden que la información que deben proteger es aquella que podría comprometer su seguridad o su reputación y se cuidan de publicarla.
Es posible que para los adultos haya llegado el momento de comprender que las redes sociales no son en sí peligrosas, sino que el riesgo real que representan depende del uso consciente y responsable que se haga de ellas.
En este sentido, los jóvenes tienen mucho que aprender, pero tal vez también tengan mucho que enseñar. Después de todo, ellos son quienes han crecido en un universo digital en el que todo pasa por Internet, y tal vez en el diálogo entre jóvenes y adultos esté una de las claves más importantes para construir entre todos una Internet más segura.
CNN