Salvan médicos mano de mujer con dermatitis tras tocar insecto.

La especialista del servicio de Dermatología del Hospital General Regional (HGR) No. 110 del IMSS en Jalisco, Martha Alicia Aceves Villalvazo, informó que salvaron la mano de una mujer que desarrolló una dermatitis tras tocar un insecto.

El leve contacto con un gusano, luego de golpearlo con su dedo medio para retirárselo casi cuesta a Irma perder su mano derecha, porque a raíz de este incidente se le desarrolló una dermatitis por contacto la cual, debido a la diabetes que padece, se complicó en forma muy severa.

Ella recuerda que en agosto de 2010, mientras caminaba al lado de su esposo y pasaba por abajo de un árbol, le cayó muy cerca del pecho un pequeño gusano “amarillo y peludo, lo espanté con el dedo de en medio de mi mano derecha”.

A las pocas horas empezó a notar enrojecimiento y comezón en la base del dedo, que se fue extendiendo y la obligó a buscar atención médica, “al paso del tiempo me salieron muchas ampollas en la palma de la mano y me daba comezón”, recordó.

Después del tratamiento inicial con el médico familiar tuvo un alivio discreto; sin embargo comenzaron a aparecer ampollas en la palma de su mano “como si me hubiera quemado” y de la comezón pasó a un dolor insoportable en su extremidad.

Así fue que Irma llegó al servicio de Dermatología del Hospital General Regional (HGR) No. 110 del IMSS, donde la especialista Martha Alicia Aceves Villalvazo la atendió.

“Me impresionó ver su mano porque ya traía tejido necrosado, esto es, destruido por efecto de la infección”, indicó y explicó que en el caso de Irma se conjuntaron tres factores: una piel muy sensible a contacto con cualquier agresor, sea insecto o planta.

Asimismo, dijo, el padecer dishidrosis y, lo más significativo, el ser diabética porque esta última enfermedad tiene repercusiones adversas en prácticamente todos los órganos y sistemas del cuerpo, incluida la piel.

Advirtió que la diabetes causa deterioro en el sistema inmunológico o de defensas del organismo y, por ello, cualquier enfermedad en estos pacientes tiende a potenciarse, pero además, el exceso de glucosa constituye un inmejorable caldo de cultivo para las bacterias.

Consideró que la afección de Irma se complicó, ya estaba dañando nervios, de ahí el dolor tan intenso que refería, con el riesgo potencial a que continuara hacia áreas más profundas de la extremidad y la eventual necesidad de amputarla “como ocurre en el paciente con pie diabético”.

Dijo que el tratamiento de Irma no fue nada fácil, requirió de suministro de antibióticos de amplio espectro, pero también de retiro quirúrgico de la piel dañada de la palma de su mano y aplicación de colágeno polivinil pirrolidona, medicamento utilizado para favorecer la formación de tejido nuevo que cubriera el área cruenta.

Agregó que también se le recomendó terapia física para recuperar la movilidad de sus dedos, la cual se había mermado debido al efecto corrosivo de la infección bacteriana.

“No aguantaba ni un roce, tuve que usar un guante especial porque era un dolor muy intenso”, resaltó Irma, quien en septiembre de 2011 fue dada de alta y se reincorporó a su actividad cotidiana.

Aún tiene cierto grado de dificultad en la flexión de sus dedos, la cual suple utilizando un bolígrafo a guisa de dedo para poder escribir en la computadora, pero lo que agradece es tener íntegra su extremidad, “no puedo doblar todavía por completo los dedos, y tengo mucha sensibilidad en la mano, pero la tengo”, afirmó.

En tanto, la especialista Aceves Villalvazo destacó que el caso de Irma fue muy especial “es muy raro que coincidan los tres factores ya mencionados, es decir, que tenga una piel muy sensible a agresores, además de la dishidrosis y diabetes.

Una dermatitis por contacto, en el caso de que sea con un insecto, no implica que éste inocule alguna sustancia por mordedura o picadura, basta con tocarlo para que se desencadene la reacción alérgica, detalló.

Guadalajara, 27 Jun. (Notimex)