El experto en endocrinología pediátrica, José Antonio Escalante Pulido, dijo que bajo rendimiento escolar y obesidad se ubican entre las principales consecuencias de un mal control del hipotiroidismo durante la infancia.
El médico adscrito al Hospital General Regional 46 del IMSS en Jalisco añadió que el hipotiroidismo congénito es una afectación común en el estado (uno de cada mil 500 nacidos vivos), “que gracias al programa de tamizaje neonatal se capta y se trata con oportunidad”.
Señaló que el hipotiroidismo congénito se presenta desde el nacimiento “y al margen de captarlo mediante pruebas clínicas en sangre, algunos datos físicos del paciente pueden orientar al pediatra y a los padres de familia sobre su presencia”.
“Son niños atónicos, es decir, que casi no se mueven, ni siquiera pueden succionar, no lloran y adquieren una coloración amarillenta que médicamente se conoce como ictericia temprana, además de que se afecta el desarrollo de sus huesos y por lo mismo no crecen”.
Agregó que “su fontanela o mollera es amplia, se les engrosa la lengua y se les abren los músculos del abdomen, y facilita la aparición de hernias umbilicales”.
Indicó que una sencilla prueba que consiste en tomar sangre del talón del bebé dentro de la primera semana del nacimiento, permite diagnosticar el hipotiroidismo y otras enfermedades congénitas, “que no tratadas pueden acarrear consecuencias severas como retardo mental e inclusive muerte prematura”.
Explicó que el hipotiroidismo congénito se presenta de dos maneras: una de ellas es la ausencia total de glándula tiroides (agenesia), y la otra, su aparición fuera de la zona en la que normalmente se ubica (tiroides ectópica).
Subrayó que cualquiera que sea la variante, el hipotiroidismo congénito se traduce en una pobre o nula producción de hormona tiroidea, “la cual participa en un sinnúmero de funciones vitales, entre ellas la maduración de las neuronas, células fundamentales para el adecuado desarrollo cerebral, de ahí que el retardo mental sea una de las consecuencias más graves de esta enfermedad”.
Afirmó que una vez diagnosticado el hipotiroidismo congénito, debe iniciar el tratamiento que consiste en administración de hormona tiroidea.
Destacó que en los primeros tres años de vida, “que son básicos en la maduración cerebral, el seguimiento de la terapia es fundamental, por lo que los padres deben llevar a los bebés cada mes a valoración”.
Precisó que una vez madurado el cerebro, el riesgo de retardo mental se supera, “pero lo siguiente es la etapa del crecimiento y desarrollo del niño, por lo que debe hacerse un reajuste del tratamiento”.
“Si llega a la etapa pre escolar y escolar con un hipotiroidismo mal sustituido, el pequeño no crece, entonces hay que valorar la velocidad de crecimiento de esos niños, porque una de las causas de talla baja es el hipotiroidismo congénito mal sustituido”, apuntó.
Comentó que si los niños no llevan una continuidad de su tratamiento, tienen problemas de aprendizaje, “éste se hace lento, lo que repercute en su aprovechamiento escolar, además de que tienden a desarrollar mixedema, es decir, retención de líquido en piel y tejido graso, con aspecto ‘hinchado’, son niños gorditos”.
Resaltó que el hipotiroidismo es un padecimiento grave, “pero también altamente tratable con excelentes resultados, por lo que las madres de familia deben llevar a sus bebés dentro de la primera semana de nacidos a su clínica de adscripción para que les sea realizado el tamiz neonatal y, de resultar positivo a hipotiroidismo, se inicie la sustitución hormonal de inmediato”.
Guadalajara, 20 May. (Notimex).