En México, alrededor de 3 millones de niños y adolescentes trabajan en condiciones y actividades inadecuadas y riesgosos como minas, basureros, cantinas, obras de construcción o centros nocturnos, y muchos por más de 35 horas a la semana.

A pesar de que las condiciones de trabajo no son adecuadas para menores, no se establecen penas y multas claras contra quienes los contratan y explotan. Debido a esto, la firma de tratados y convenios contra el trabajo infantil no sirven de nada.

Dónde más trabajan personas entre las edades de 5-17 años es en el Estado de México, Chiapas, Jalisco, Puebla, Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Oaxaca, Veracruz y el Distrito Federal.

De este numero de menores que trabajan en condiciones inadecuadas, 1.2 millones (39%) no van a la escuela.

Del total, 5.5% trabajan en un lugar inadecuado, 28% bajo distintos riesgos, 28% trabaja más de 15 horas y 31.5% trabajan más de 35 horas a la semana.

El trabajo infantil en condiciones anómalas genera secuelas e impactos a mediano y largo plazo, cómo daño físico y psicológico debido a que no son actividades normales que debería empeñar un niño.

A pesar de que cada vez se vuelve más común, el trabajo en menores es un problema social,ligado a la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades, desempleo, desintegración familiar y la descomposición social.

Para empezar a contrarrestar esto, los diputados federales aprobaron aumentar la edad legal para el trabajo infantil, de 14 a 15 años. Sólo hace falta que el gobierno aplique la norma.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.