Por: Lucero Gómez
En su homilía durante la celebración eucarística de Navidad en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el Cardenal Norberto Rivera Carrera lamentó que hoy veinte siglos después del nacimiento del Hijo de Dios los papeles de hayan invertido y la grandeza de la celebración contraste con la importancia que se da al hecho.

“En todas las ciudades vemos luces, suplementos de prensa que nos invitan a comprar, posadas que se convierten en grandes fiestas sin ningún sentido sobrenatural. Parece que hemos puesto el centro de la Navidad en el consumo y no en la fe” señaló el Arzobispo.

“El consumo no produce paz, pero la fe nos descubre el maravilloso misterio de nuestra salvación y del amor insondable de Dios que se hace Niño indefenso por nosotros” prosiguió durante su sermón.

El Cardenal Mexicano, señaló que el mejor regalo que se puede ofrecer al Niño Jesús es nuestra conversión, acercarnos al confesionario y dejar ahí “nuestros pecados y miserias”. La Navidad puede ser el período de la renovación interior, de la puesta a punto del corazón.” Afirmó Rivera.

Ante cientos de feligreses que se reunieron en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, comentó tres claves de lo que en verdad es la Navidad: “misericordia, amor y esperanza”

Finalmente el Cardenal Norberto Rivera Carrera deseó “una Navidad muy feliz con la felicidad que sólo Jesucristo puede dar” Y enfatizó que Él nos da seguridad pero al mismo tiempo es un compromiso para que “sea el milenio del triunfo del amor”.

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