El amor no es algo que encuentras únicamente en los brazos de otra persona, ni en los ojos de alguien que muere por compartir su vida contigo. El amor no se encuentra sólo en los susurros que intercambian dos personas en un momento íntimo, ni en los labios que se unen para un beso apasionado, ni en los corazones que han compartido sus secretos más profundos el uno con el otro.

El amor lo encuentras en el viento, en ese primer respiro del aire en la mañana. Lo encuentras en el silencio del amanecer cuando el sol apenas empieza a asomarse por arriba de las nubes. El amor lo encuentras en el rocío y la manera que se posa ligeramente sobre el paso, esperando a que comience el día. Lo encuentras en las aves sacudiendo sus plumas, abriendo sus bocas para cantar las primeras notas de la canción matutina.

El amor se encuentra en el quietud, viendo las nubes flotar lentamente a través del cielo de la tarde. En las olas y cómo a pesar de su magnitud, su melodía aún tranquiliza. El amor lo encuentras en el mismo latir de tu propio corazón. En el silencioso exhalar inconsciente de tus pulmones, en los músculos que cubren tu cuerpo, impulsandote para seguir adelante con tu día.

El amor está en los árboles, en lo verde y amarillo de las hojas bailando con el viento. En los coches que aceleran en las calles, en los edificios que intentan alcanzar el sol. El amor se encuentra en la sonrisa de un niño, en las estrellas que destellan en la noche, en copas de vino y la risa compartida entre amigos.

El amor está en las primeras mordidas de un almuerzo, en las noches donde uno se mantiene despierto hasta muy tarde escuchando la voz de un ser querido. Se encuentra en la manera que tu cuerpo se estira y relaja para dormir. Se encuentra en la arena y la tierra entre tus pies, en el sol que acaricia y calienta tu cara, en los pensamientos que ruedan en tu cabeza, creando historias.

El amor se encuentra en el arte, en las palabras, en el color, el cambio y la música. Se encuentra en los momentos donde apenas empiezas tu vida y en tus últimos momentos. El amor se encuentra en lugares inesperados y en todas las cosas y personas que das por sentado.

El amor se encuentra en el reflejo que te mira en el espejo del baño, en la voz que proviene de tu pecho, en los momentos silenciosos que compartes con un amigo donde ninguno de los dos estén hablando, pero la paz entre los dos dice mucho.

El amor se encuentra en la curación. En reconstruirse después de romperte, en la realización de que siempre has sido entero y que siempre lo serás, sin importar cuánto salgas herido. El amor se encuentra en los besos de un cachorro, en el helado y los pies descalzos y las burbujas. Todos los momentos simples y fugaces que te recuerdan por qué estás aquí.

El amor no está reservado únicamente para las parejas, ni las relaciones, ni para las personas a quienes les das tu corazón

El amor te rodea en todos lados y se encuentra inherente en ti.  eres amor.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.