Una vez más parece que la realidad se acerca a la ciencia ficción. Un grupo de investigación parece haber descubierto algunos marcadores sanguíneos que podrían detectar ciertas intenciones suicidas. El estudio publicado en la revista especializada Molecular Psychiatry todavía está en fase preliminar, por lo que habrá que esperar a nuevos datos para confirmar su validez.
Durante los últimos años Alexander Niculescu, psiquiatra de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana en Indianápolis, y sus colegas han buscado algún vínculo entre algo físico (biomarcadores) y las tendencias suicidas. En otros estudios ya se habían encontrado biomarcadores para ciertos desórdenes de la personalidad, como la bipolaridad, la psicosis o el alcoholismo. Sin embargo es la primera vez que obtienen datos sobre las tendencias suicidas.
Para intentar conseguir biomarcadores fiables en la sangre, los investigadores tomaron muestras de personas que se habían suicidado (sin ingesta de productos químicos) y que habían sido observados por su psiquiatra al menos un día antes de la muerte. Dichas muestras se compararon con otras de individuos varones bipolares que habían pasado de no querer suicidarse a sí pretender hacerlo, con datos de pacientes de otro estudio y un grupo de hombres con esquizofrenia.
Tras tomar muestras de sangre de 75 personas los científicos localizaron cinco posibles biomarcadores que debían ser analizados pormenorizadamente. Una vez realizado el escrutinio, con todos estos datos en la mano, se vieron sorprendidos por la claridad de los resultados, sobre todo de uno en particular, el SAT 1, implicado en el daño celular y el estrés. En las personas que se habían suicidado los niveles de SAT 1 eran muchísimo más altos que en los otros individuos, incluso en aquellos que mostraban intención de suicidarse.
En cualquier caso los investigadores son precavidos respecto los datos obtenidos. Tanto por el pequeño tamaño de la muestra como porque todas las personas muestreadas eran varones. Además como explica el propio Niculescu, “es poco probable que estos marcadores sean específicos para el suicidio, sino más bien por factores como la función celular anormal debido al estrés”. Para los científicos el hallazgo de este tipo de biomarcadores deben ser combinados con datos psicológicos, como la ansiedad o el estado de ánimo, momento en el cual serán “potencialmente mucho más útiles”, apuntan.
Para el psicólogo Mateo Nock, de la Universidad de Harvard, “ningún análisis será un predictor perfecto” aunque sí apunta que, puestos a buscar señales biológicas que den pistas de tendencias suicidas, esta investigación es “una pieza importante del rompecabezas”.
Muy Interesante, 28 Ago. 2013.