Los nuevos modelos son, además diseñadores, artistas o compositores. Posan ante la cámara con mirada desafiante enseñando tatuajes y su rostro, en muchos casos, no es perfectamente simétrico. Anty-Agency pone personalidad y talento al servicio de los nuevos mecanismos del mercado
Hace cinco años, saltaba a la fama un maniquí de melena rubia y boca carnosa que pronto fue venerado por la industria precisamente por su aspecto andrógino. Andrej Pejic planteó un desafío a la convención de género y dio continuidad al fulguroso viaje que en su día inició Kate Moss, que plantó cara al estereotipo femenino imperante hasta el momento.
Chloé, Isabel Marant o Givenchy son solo algunas de las firmas que han contado en los últimos tiempos con la actriz francesa Lou Doillon, hija de Jane Birkin y Jacques Doillon. La joven de 31 años, que posee un rostro imperfecto y con aspecto de chica de la calle, protagonizaba el año pasado la campaña de los míticos almacenes Barneys y se ha consolidado como uno de los valores más seguros para las firmas, que han visto en su ‘chic-grunge’ francés un filón para vender sus productos.
Todos podemos ser modelos
En 2013, Pandora Lennard y Lucy Greene hacen caso de su olfato adquirido tras años trabajando como estilistas y deciden arriesgarse. Conscientes de las nuevas exigencias del mercado, llegan a la conclusión de que una cara bonita y unas proporciones perfectas no son suficientes para contactar con el consumidor. Con esa convicción deciden abrir Anty-Agency, una agencia de modelos donde los seleccionados deben ofrecer algo más que un físico privilegiado. Diseñadores, grafiteros, estudiantes, artistas o DJs posan ante el objetivo tratando de transmitir algo que en bastantes ocasiones se echa en falta en las campañas publicitarias: personalidad.
Con sede en Londres, las fundadoras de la agencia se lanzan con su propio manifiesto en la descripción de su web: “Nuestros modelos no son perchas para la ropa, nos centramos en la selección de chicos y chicas con personalidad, estilo individual y talento. La agencia es para la gente que podría haber sido modelo y ha decidido no serlo, para las personas que son demasiado ‘cool’ para ser modelo y personas con vidas reales y explosivas relacionadas con la música, la moda, el arte, la ilustración y las industrias creativas”.
El resultado no se ha hecho esperar y un año después de su apertura, sus no-modelos han protagonizado campañas para importantes firmas como Uniqlo, ASOS, Urban Outfitters, Dr. Martens, Versus, Boots, Office, Liberty, Gstar o Swarovski. La web de Anty-Agency es en sí misma un poderoso reclamo. Las fotos sexis, luminosas e irreverentes de los modelos constituyen toda una declaración de intenciones: gente joven y (en la mayoría de los casos) muy atractiva, con ese aire estiloso e insolente que da el saberse escogido. Muchos de ellos pasarían por top models de agencia sino fuera por los tatuajes, las rastas o los tintes de colores pastel que lucen en el cabello.
El origen está en los bloggers
Garancé Doré, Hanneli Mustaparta, Chiara Ferragni, Aimee Song o la española Gala González son algunos de los nombres que conforman la élite de las bloggers más seguida y copiada del mundo. El relieve que han adquirido algunos de los blogs de moda que pueblan la red no solo ha encumbrado a sus autoras, sino que ha marcado la pauta de una nueva manera de entender las tendencias, focalizadas en el ‘streetstyle’, el filón de los creadores.
Y son precisamente ellas las que han terminado de perfilar el estilo de modelo en tres dimensiones: aquel que ofrece en cada trabajo su esencia más personal añadiendo un plus a su ya de por sí contundente presencia.