El subsecretario estadunidense de Estado, William Brownfield, manifestó hoy su apoyo a iniciativas para mejorar la seguridad en la frontera de México con sus vecinos de Centroamérica.

El gobierno del presidente de México, Enrique Peña Nieto, “nos ha dicho varias veces que están interesados (los mexicanos) en mirar lo que ellos llaman su frontera sur con Guatemala y Belice y en esencia la frontera con Centroamérica”, dijo Brownfield.

El subsecretario de Estado de la Oficina Antinarcóticos y de Aplicación de la Ley de Estados Unidos realizó sus declaraciones durante una conferencia organizada por el Centro de las Américas (COA).

“Eso es algo bueno”, puntualizó el funcionario, quien indicó que la cooperación dependerá tanto de México como de Centroamérica en términos de entrenamiento y asistencia.

Señaló que Estados Unidos sigue trabajando con México en relación con la política de seguridad conjunta y que el gobierno del presidente Barack Obama está abierto a colaborar “cualquiera que sea la dirección” que decida el gobierno mexicano.

México y los ochos países del istmo centroamericano suscribieron el mes pasado un acuerdo para hacer frente a organizaciones criminales transnacionales en el marco de la Cumbre México-Sistema de Integración Centroamericana (Sica).

Por otro lado, Brownfield se mostró optimista por los resultados de la Iniciativa de Seguridad Regional Centroamericana (CARSI), el cual busca reducir la inseguridad y la criminalidad.

Manifestó que Centroamérica es “víctima de su propia geografía”, que lo hace vulnerable por el transporte de drogas que proviene de Sudamérica hacia el mercado de Estados Unidos, a lo que se suma la presencia de las pandillas.

Señaló que el programa CARSI se agrega a la denominada Iniciativa Mérida y otra similar para el Caribe con el fin de fortalecer las instituciones policiacas y judiciales en esas regiones, proteger los derechos humanos y terminar con el crimen organizado.

Sostuvo que esas iniciativas “se llevan juntas de una manera coherente”, pero también con la capacidad de adaptarse a las nuevas realidades porque los grupos criminales también cambian sus estrategias.

Brownfield afirmó que la nueva realidad muestra a Brasil como el segundo país consumidor de cocaína en el mundo después de Estados Unidos y que los narcotraficantes en muchos casos ya no pagan en efectivo sino con sus mismos productos, para continuar expandiendo sus mercados.

Washington, 22 Mar (Notimex)