Habrá días y tiempos difíciles, y noches de sufrimiento que parecen irremontables; en que la vida se aguanta sólo por un hilo. Habrá otros tiempos en los que “la soledad se pueble”, en el que el desastre pase y quede en su lugar un círculo de música porque ésta es arquitectura congelada.

El 11 de marzo de 2011, gran parte de Japón fue destruida por el tsunami que azotó en sus costas. La isla de Oshima y sus 3.000 residentes, quedó totalmente aislada.  El desastre natural dejó una suma de  837 muertos  y mil  196 desaparecidos. Tras la catástrofe, las ciudades de todo el país comenzaron a caminar de nuevo sobre lo devastado.

El arquitecto japonés Arata Isozaki, en colaboración con el escultor anglo-indio Anish Kapoor, diseñaron Arca Nova, la primera sala de conciertos inflable del mundo. Kapoor no es ajeno a las estructuras inflables, ya en 2011 construyó el Leviatán, en París. Mientras aquella estructura fue diseñada para quedarse en la ciudad de Grand Palais,  Arca Nova se diseñó para viajar por todo Japón durante el Festival de Música de Lucerna, el que visitará zonas del país que aún se recuperan del tsunami.

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Arca Nova toma alrededor de dos horas para inflarse completamente, y su interior tiene capacidad para 500 personas.

Para su  espacio se construyó una serie de bancos de madera de los cedros que se recuperaron tras el desastre natural. Su diseño permite transportarlos fácilmente y ya instalados ayudan a lograr una mejor acústica.

Arca Nova y su  forma de rosquilla, adoptada con una columna de soporte integrada en el interior, garantiza que la estructura pueda soportar las inclemencias del tiempo y los fuertes vientos.

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Arca Nova es la primera sala de conciertos inflable a gran escala que se haya construido. Concebida hace más de un año, la estructura móvil se abrirá al público el 14 de octubre y será la sede de conciertos, eventos y talleres en áreas dañadas por el tsunami en todo el país.

Fuente: (Cultura Colectiva)