Ariel Castro, el hombre acusado de mantener secuestradas a tres mujeres durante una década en Ohio, se dirigió a las familias de las víctimas en la corte este jueves para pedir perdón.
“Realmente lo siento”, dijo en la audiencia de su sentencia. “Por favor encuentren algo en su corazón para perdonarme”.
Michelle Knight, Amanda Berry y Georgina DeJesus pasaron una década retenidas en el sótano de la casa de Castro. De ellas, solo Knight habló ante la corte.
Después de que ella hablara, Castro dijo: “No soy una persona violenta. Simplemente las mantuve ahí para que no se pudieran ir”.
Agregó que sabía que había hecho algo malo, pero rechazó las acusaciones de que al regresar a casa las golpeaba. “No soy un monstruo, solo estoy enfermo”. Tengo una adicción. Como un alcohólico tiene una adicción”, agregó.
Castro admitió que se negó a llevar a su hija en su auto, para poder secuestrar a su segunda víctima, Gina DeJesus. “Estaba controlado por el sexo”, dijo. “Realmente lamento lo que pasó”.
Al describirse como “una persona muy emocional”, indicó que “esta gente quiere pintarme como un monstruo”.
“Creo que soy adicto a la pornografía al punto de que me hace impulsivo y perder la cabeza”, dijo. “No intento poner excusas. Soy una persona feliz por dentro”, agregó.
La semana pasada, Castro se declaró culpable de 937 cargos, incluidos homicidio y secuestro, por un acuerdo que le evitará la pena de muerte a cambio de prisión perpetua más 1.000 años de condena.
Knight enfrentó a Castro por primera vez en la corte desde que fue rescatada.
“(Yo) superaré lo que ha pasado, (pero tú) enfrentarás el infierno por toda la eternidad”, dijo la mujer. “Yo seguiré viviendo. Tú morirás un poco cada día”.
“Me robaste 11 años de mi vida… pasé 11 años en el infierno. Ahora, tu infierno apenas empieza”.
En la corte, Knight también dijo que extrañaba a su hijo. “Lloré cada día. Estaba tan sola. Estaba preocupada por lo que me pudiera pasar a mí y a las otras chicas cada día”, agregó.
La hermana de Amanda, Beth Serrano, dijo que Berry no quería discutir su cautiverio y pidió privacidad: “Durante mucho tiempo Amanda no tuvo control de nada. Por favor, déjenla tener control sobre esto”.
En tanto, Sylvia Colon, una vocera de DeJesus, dijo: “No nos corresponde juzgar o determinar un castigo. Solo un poder superior puede hacer eso”.
Los primeros testigos
Antes de que Knight hablara, Barbara Johnson, la policía que acudió primero a la casa del presunto secuestrador Ariel Castro, relató cómo encontró a las víctimas después de escuchar unas pisadas en un cuarto oscuro.
Knight “literalmente se lanzó” a los brazos de otro oficial, dijo Johnson. “Las piernas, los brazos, solo lo ahogaba”, y repetía: “¡Nos salvaron!, ¡nos salvaron!”.
Johnson, la primera testigo en la audiencia de sentencia de Castro, dijo que las víctimas estaban asustadas, pálidas, habladoras y no querían quedarse solas.
El agente del FBI, Andrew Burke, dijo que estaba familiarizado con las desapariciones de DeJesus y Amanda Berry antes del descubrimiento de este año. Cuestionado si recordaba el momento en que las vio, Burke dijo que se encontró con las tres víctimas y la hija de Berry en una ambulancia afuera de la casa de Castro.
“Nunca lo olvidaré”, dijo Burke.
Gerald Maloney, el médico en la sala de emergencias que recibió a las mujeres en el hospital, las describió como “muy frágiles emocionalmente en ese momento”, y dijo que Knight rechazó que un médico hombre la revisara.
La mujer le dijo a Maloney que había sido abusada sexual y físicamente, algunas veces privada de la comida durante sus años en cautiverio.
La declaración a los detectives
Castro atrajo a DeJesus a su carro en 2004, al preguntarle por la ubicación de su hija, dijo el detective Andrew Harasimchuck, quien escuchó la declaración de DeJesus. Entonces, el sospechoso le dijo que tenía que ir a su casa por dinero, antes de pedirle ayuda para mover una bocina, precisó el detective.
Ella se sintió incómoda, y Castro le dijo que tenía que irse por una puerta distinta a la que entró. Cuando ella atravesó la puerta, se encontró en el sótano de la casa de Castro. Entonces él la encadenó a un poste de soporte, le ató las manos con lazos de plástico y la violó, de acuerdo con el detective.
Las tres le dijeron a Harasimchuck que habían sido violadas por vías “vaginal, oral y anal” durante su cautiverio, según el detective.
Al inicio de la audiencia, acompañado por sus abogados, vestido con un traje de prisión anaranjado y lentes, Castro dijo al juez que comprendía los requerimientos de su estatus como delincuente sexual en caso de que fuera liberado, lo que es poco probable que suceda por el acuerdo de su declaración como culpable.
Su abogado defensor, Craig Weintraub, dijo a la corte que su cliente acepta “la completa responsabilidad” por su conducta. El juez, Michael Russo, dijo que dado el alcance de los crímenes, “no sé si esto podría ser más digno”.
Con un modelo de la casa de Castro en la corte, otro abogado defensor, Jaye Schlachet, dijo que él no aprobó nada que no fuera la declaración de las víctimas. También mencionó a los informes médicos y las imágenes como ejemplos de cosas que no debían presentarse en la corte.
Luego, Russo respondió que quería ver los registros del caso y escuchar el testimonio para asegurar “que la corte pueda definir una sentencia adecuada”.
Se espera que Castro ofrezca una declaración larga, la cual, según su hermana, “dejará ver el otro lado” del acusado.
Castro explicará su vida y quién es realmente, dijo a CNN su hermana, Marisol Alicea, la noche de este miércoles.
“(La gente podrá) ver el otro lado de Ariel Castro… no el monstruo que todo el mundo cree que es”, dijo Alicea, añadiendo que de ninguna manera estaba defendiendo a su hermano. “Debe pagar por lo que hizo”.
Alicea aseguró que no planea estar en la sentencia con los otros miembros de su familia, pues teme que la evidencia presentada sea demasiado gráfica.
CNN