El ex primer ministro israelí, Ariel Sharon, quien murió hoy tras permanecer ocho años en estado de coma, era uno de los líderes más reconocidos y polémicos de Israel, sobre todo por su carrera militar conducida con firmeza.
Sharon fue primer ministro del 7 de marzo de 2001 al 4 de enero de 2006, día en que sufrió una hemorragia cerebral en la cúspide de su poder político y cuando parecía encaminarse a una fácil reelección.
Nacido el 26 de febrero de 1928 en Kafr Malal, en la entonces Palestina bajo protectorado británico, “Arik” Sharon, como se le conoce popularmente en el país, fue un militar, un político y representante del ala más radical del partido derechista Likud.
De familia de judíos rusos emigrados a Palestina y de padre sionista (que cambió su apellido Scheinerman por el de Sharon), se alistó en el Batallón Paramilitar de Juventudes a los 14 años de edad, pero hasta los 17 años ingresó en la carrera militar.
“El Halcón”, como también era conocido en Israel, es considerado el mejor comandante de campo en la historia del país por lo que fue apodado como “El rey de Israel” y “El león de Dios”.
En 1948 tomó parte en la Guerra de Independencia Israelí encabezando una compañía de infantería en la Brigada Alexandroni y al finalizar la guerra en 1949 ingresó en el servicio de inteligencia del ejército.
Sharon, quien estudió derecho en la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1952 y se casó en dos ocasiones con Margalit Sharon (1953- 1962) y con Lily Sharon (1963-2000), creó y lideró en 1953 la Unidad 101, encargada de las operaciones de guerra sucia.
En 1967 ocupó la jefatura del Departamento de Instrucción del ejército y participó en la Guerra de los Seis Días como general de brigada en una división blindada, estrenándose como estratega militar.
En 1973, Sharon abandonó el ejército para entrar en la política israelí, con el partido Gahal, activo en la formación del Likud, y fue elegido al Knesset (Parlamento israelí).
En junio de 1981 ocupó la cartera de Defensa, desde donde dirigió en 1982 la ocupación del Líbano (operación “Paz de Galilea”), que causó la muerte de cerca de 20 mil civiles árabes.
El 18 de septiembre de ese año autorizó el ataque a los campos de refugiados de Sabra y Shatila, a las afueras de Beirut, donde el ejército israelí masacró a cerca de dos mil niños, mujeres y ancianos palestinos.
Debido al impacto internacional de esos sucesos, las presiones públicas y las críticas por la población y la prensa, Sharon se vio obligado a renunciar el 14 de febrero de 1983.
De 1984 a 1990 fue ministro de Comercio e Industria, de 1990 a 1992 de Vivienda, en 1996 de Infraestructura Nacional y en 1998 de Asuntos Exteriores.
En septiembre de 2000 su polémica visita a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén fue considerada una provocación y dio lugar al comienzo de la nueva Intifada palestina.
En las elecciones generales anticipadas del 6 de febrero de 2001 logró una aplastante victoria al frente del Likud -partido de la derecha nacionalista-, tras obtener el apoyo de diferentes sectores críticos con su antecesor, Ehud Barak.
Tras una segunda oleada de atentados, en la primavera de 2002, Sharon optó por confinar a Yasser Arafat en su cuartel general de la Muqata en Ramalá, durante casi tres años, lo que motivó una declaración de condena de Naciones Unidas, Rusia y la Unión Europea.
A pesar de las críticas internacionales a su política, Sharon conservó el apoyo de la población israelí, como quedó de manifiesto en las elecciones generales de enero de 2003, en las que fue reelegido por amplia mayoría.
En noviembre de 2005, anunció su intención de abandonar el Likud y de crear una nueva formación política, Kadima, partido que logró una victoria en los comicios de marzo de 2006, dos meses después de que Sharon quedó en estado vegetativo.
Desde entonces permanecía en estado de coma, condición que fue empeorando a principios de este año debido a una insuficiencia renal que afectó a otros órganos vitales como los pulmones.
El legendario político y militar israelí, quien habría cumplido 86 años el próximo mes, murió este sábado en el Centro Médico Sheba, donde lo acompañaban sus hijos Omri y Gilad, quienes no lo dejaron solo desde que su condición física se deterioró drásticamente.